Joyas con carácter emprendedor
Aleyolé prevé multiplicar sus ventas por seis gracias a su apuesta por la publicidad durante el confinamiento
Con 15 años, Alejandra Batlle ya fabricaba joyas para vendérselas a las amigas de su madre. Fue en esa época también cuando inventó la marca Aleyolé, de Alejandra y olé para que la firma se identificase con España. Pero una cosa es vender joyas a conocidos y otra es montar una empresa. Consciente de ello, Batlle estudió dirección y administración de empresas en la Universitat de Barcelona. Completó su formación trabajando varios años en una tienda de bisutería, como dependienta y montando joyas.
Tras un parón de seis meses en los que estuvo en EE.UU., con 22 años se lanzó a la creación de la firma de joyas barcelonesa Aleyolé, en el 2014. “Los dos primeros años fueron de puro aprendizaje, yo sola”, recuerda la emprendedora.
Seis años más tarde, Aleyolé es una firma en plena expansión. En el 2019, alcanzó los 850.000 euros de facturación, una cifra que este ejercicio prevé multiplicar por seis, hasta los cinco millones de euros. “Al inicio, la pandemia fue un revés importante, pero aprovechamos la caída de los precios publicitarios para incrementar la inversión, lo que se traduzco en un aumento de las ventas”, explica la fundadora.
El 90% de las ventas tienen lugar fuera de España, con
Eurecat
EE.UU., Francia y Australia como principales mercados. Entre sus planes de expansión también está penetrar en Asia y Latinoamérica. “La internalización y llegar a nuevos países es el eje principal de nuestra estrategia de crecimiento, así que estamos trabajando para seguir abriendo nuevos mercados. Este año, poder estar en distintos países que vivían a distintas velocidades la crisis sanitaria ha sido clave para mantenernos fuertes y no vernos arrastrados por la crisis económica”, reconoce Batlle.
La comercialización es tanto online como a través de las 300 tiendas físicas en las que está presente. La marca posee también una tienda propia en Barcelona y el objetivo es ir abriendo más una vez se normalice la situación sanitaria provocada por la Covid-19.
Aleyolé cuenta con cerca de 400 referencias, sin contar variantes. Son piezas de plata de ley 925, el 60% de las cuales son diseños propios. Las joyas son fabricadas en China, India, Tailandia e Italia y el baño de oro se realiza exclusivamente en Barcelona.