El combustible de la nueva economía verde
Bolivia intenta explotar la mayor reserva mundial de litio, clave para la transición energética del planeta
La Paz
En la época de los combustibles fósiles, los desiertos en el golfo Pérsico guardaban el tesoro energético más valioso del planeta. Ahora, ante el reto del cambio climático y la transición a una a economía de cero emisiones, el paisaje más emblemático del nuevo paradigma de energía puede ser el espectacular salar de Uyuni en el sur de Bolivia.
Debajo de su corteza, que se extiende a lo ancho de una superficie de 12.000 kilómetros cuadrados a 3.600 metros sobre el nivel del mar, se esconden unos nueve millones de toneladas de litio, el depósito más grande del mundo de una materia prima esencial para la fabricación de baterías tanto para los vehículos eléctricos como para las nuevas centrales de energía renovable.
Aunque unos 50 minerales –desde el cobalto al cobre, del níquel hasta las llamadas tierras raras– se consideran imprescindibles para la nueva economía verde, el litio es el más necesario. “Las baterías de ión de litio constituyen la tecnología de plataforma para la transición energética; dentro de poco el 90% de la demanda del litio será para baterías”, explica Andy Leyland , director de la consultora británica Benchmark Mineral Intelligence, que ha asesorado al nuevo presidente boliviano Luis Arce sobre la explotación del salar de Uyuni.
Se calcula que las baterías para los estimados 50 millones vehículos eléctricos que pueden ser construidos antes del 2050, así como para el almacenamiento de energía renovable, requerirán nada menos que 40 millones de toneladas de litio, lo cual supondría un aumento del 2.700% frente a los niveles de extracción actuales.
El primer reto para Arce –exministro de Economía elogiado por su gestión macroeconómica durante los primeros gobiernos de Evo Morales– es encontrar una manera de extraer el litio del salar de forma competitiva sin renun