Las más caras del año
Si la semana pasada hacíamos un resumen de lo que había acontecido en el 2020 que hemos dejado atrás, hoy quisiera hacer un repaso de las obras más caras vendidas en subasta durante este complejo y difícil año, con el fin de profundizar hacia donde nos están conduciendo los efectos de la pandemia. Y es importante especificar que son las vendidas en subasta, porque desconocemos por completo las vendidas en galerías o las que las propias casas de subasta vendieron privadamente, pues pueden superar por mucho las que se han licitado públicamente. Una tendencia que va al alza.
Este año no ha habido un Salvator mundi que, con un precio desorbitado y cuestionable de 450 millones de dólares, eclipsase el mercado, como pasó en el 2017. Más razonable fue la mayor venta del 2019, Meules, un paisaje de Monet vendido por 110 millones; o la del 2018, Nu couché, un desnudo de Modigliani que alcanzó los 157 millones. Este 2020 tampoco se han vendido muchos old masters, pues salieron pocos relevantes al mercado, por escasez y porque en momentos complicados los coleccionistas esperan tiempos mejores para sacar sus grandes obras a subasta. Prueba de ello es que nueve de las diez obras vendidas por más importe en subasta en el 2019 superaron los 50 millones, mientras que en el 2020 solo fueron dos.
La más cara la vendió Sotheby’s en junio, un maravilloso tríptico que Francis Bacon pintó en 1981 y que nunca había aparecido en venta pública. Se adjudicó al teléfono por 84,6 millones en una subasta digital que, retransmitida desde Hong Kong, Londres y Nueva York, rompió el techo que creíamos tenían las ventas online y consolidó un modelo híbrido de subasta que ha venido para quedarse, demostrando que digitalmente se pueden conseguir precios tan altos como presencial