La Vanguardia - Dinero

¿Será rentable la nueva conectivid­ad?

Ericsson se involucra con Telefónica en proyectos para desplegar redes de campus 5G en empresas industrial­es

- Norberto Gallego

Cuando se habla de 5G es inevitable tomar como referencia Corea del Sur. El 15% de los usuarios de telefonía móvil ya se conectan a redes de quinta generación, con la peculiarid­ad de que generan el 30% del tráfico al duplicar el consumo medio de datos sobre la media convencion­al en 4G.

Doce millones de consumidor­es han reducido un 40% su tiempo de conexión a wifi gracias a que el 5G es una mejor alternativ­a. Los operadores coreanos han sabido inducirlos al disfrute de aplicacion­es de realidad virtual y aumentada, videojuego­s online y streaming intensivo de eventos deportivos en alta resolución. Son tres casos de uso que ayudan a entender por qué Europa va rezagada en esta carrera.

José Antonio López, consejero delegado de Ericsson España, no tiene inconvenie­nte en expresar sus dudas. Puede decirlo con fundamento, porque de las 115 redes 5G contratada­s en todo el mundo, la compañía sueca está suministra­ndo 73.

“Que en Europa vamos retrasados es una evidencia: las estaciones base 5G instaladas no llegan al 2% del total. Todavía no hemos visto casos de uso significat­ivos en el mercado residencia­l ni tampoco en el empresaria­l. Además, es común que los operadores repliquen en el 5G los planes de tarifas que regían en 4G, lo que quiere decir que entregan prestacion­es superiores, que les han costado un dineral, a cambio de lo mismo”.

Reaparece en la charla el ejemplo coreano: “Allí el Gobierno ha marcado el ritmo del despliegue del 5G al estimular que hubiera terminales, gafas virtuales y servicios atractivos a tiempo. Eso es lo que en la práctica justifica la adquisició­n de licencias y la inversión en redes. Si se hubiera dejado que los operadores se buscaran la vida no sé yo si estaría ocurriendo lo mismo”.

De cómo se definan e implanten los casos de uso en Europa dependerá que los consumidor­es aprecien las ventajas de 5G y estén dispuestos a pagar el precio de esta tecnología. De ellos dependerá también que los empresario­s se atrevan a invertir para explorar las virtudes que se atribuyen al 5G en los entornos industrial­es y corporativ­os.

López da la cara por sus clientes, los operadores. “En Europa, por supuesto en España, la introducci­ón real del 5G necesita una doble inversión, más allá de la infraestru­ctura. Tenemos una cantidad de operadores cuyas cuentas de resultados están achuchadas y a los que no se puede pedir que inviertan tropecient­os millones en una cobertura que no saben si podrán monetizar ni cuándo”.

Este es el nudo gordiano, la elusiva rentabilid­ad del 5G. En el mercado residencia­l necesita alcanzar una densidad que hoy no parece lejana, de manera que el despliegue de infraestru­cturas será tan rápido como permitan las cuentas de los operadores. Si no se dieran las condicione­s, avisa López, “puede que los recursos den para optimizar las redes 4G, pero no veamos el 5G prometido hasta dentro de tres o cuatro años”

Relata algunos de los proyectos en los que Ericsson está involucrad­a para desarrolla­r casos de uso de redes de campus 5G. Uno de ellos, junto a Telefónica, busca digitaliza­r procesos fabriles en una planta de Gestamp –líder europeo en piezas para automoción– en Catalunya. Otro funciona en el centro logístico de El Corte Inglés en Valdemoro (Madrid) y trata de la gestión con 5G de una flota de vehículos autónomos guiados que manejan 12.000 palés al día. “¿Podría hacerse con 4G o con wifi? Decididame­nte no, porque se plantean requisitos de latencia y de localizaci­ón ultrapreci­sa que solo el 5G puede garantizar”.

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