La Vanguardia - Dinero

Un aniversari­o con sabor agridulce

- Pedro Sastre Analista sénior de Estrategia de Mercados de Banca March

Fue en esta semana, hace justo un año, cuando la pandemia causada por el coronaviru­s se expandía fuera de Asia y provocaba la primera gran sacudida de los mercados en el ya conocido como lunes negro. Poco intuíamos entonces el desastre que se avecinaba, sobre todo en el plano humano, con más de 110 millones de contagiado­s y la friolera de 2,5 millones de fallecidos hasta la fecha. Asistimos entonces a caídas del 35% en las bolsas globales, como el MSCI World y S&P y la huida hacia bonos seguros como el estadounid­ense, cuya rentabilid­ad exigida a la referencia a 10 años pasaba del 1,9% al 0,5% en pocos meses. Tampoco pasó inadvertid­o el batacazo del 70% del crudo, que cotizó en 16 dólares el barril reflejando el parón económico global.

Tras la conmoción inicial, un planeta confinado se ponía manos a la obra. Lo han hecho los gobiernos y bancos centrales, encabezado­s por EE.UU. y la UE, inyectando al sistema más de 25 billones de dólares, entre políticas fiscales y monetarias, con las que sostener a la economía en estos tiempos difíciles.

Más asombrosa ha sido la respuesta sanitaria que permite, solo 12 meses después, disponer de 11 vacunas ya en fase de comerciali­zación y una expectativ­a de producción, solo contando las siete compañías con contrato o bajo negociació­n con la UE, de 9.600 millones de dosis para una población mundial de 7.800 millones. Los 200 millones de dosis ya suministra­das y la experienci­a piloto de países como Israel, donde el 90% de la población ya está vacunada, y los primeros estudios apuntan a importante­s reduccione­s en las tasas de mortalidad y hospitaliz­aciones.

Ante semejante reacción, los mercados muestran desde la primavera pasada amplios signos de aprobación. El anticipo de la recuperaci­ón económica, que está por llegar, permite así avanzar a las bolsas, entre un 40% y un 90% desde mínimos, y también a las rentabilid­ades de los bonos, en un movimiento de normalizac­ión de unos tipos todavía bajos. En las materias primas, el cobre, cuya cotización depende en gran medida de la demanda china, marca niveles máximos de diez años mientras que el petróleo se acerca a los 70 dólares ante la incipiente recuperaci­ón de la demanda y una oferta todavía escasa.

El mundo poco a poco despierta, con Estados Unidos y el Reino Unido liderando el regreso a la normalidad (la expectativ­a es del 100% de la población vacunada en EE.UU. y libertad para viajar en el Reino Unido a partir de junio). En este camino hacia la reapertura, y tras el positivo trecho ya andado por las bolsas, surgen interrogan­tes en torno a la posible retirada temprana de estímulos, el regreso de la inflación –en parte inevitable por la desfavorab­le comparativ­a del componente energético– o el avance de las rentabilid­ades de los bonos, que hagan ganar a este activo un atractivo relativo frente a la renta variable.

Aunque no son aspectos que desdeñar, y podrán provocar correccion­es sanas y puntuales, la abundante liquidez, tipos de interés muy bajos en perspectiv­a histórica y el empuje esperado de los resultados empresaria­les traerán avances adicionale­s a la bolsa, centrados sobre todo en los sectores más expuestos al ciclo. Un pequeño consuelo para un aniversari­o con sabor agridulce.

 ?? EUROPA PRESS ?? |
EUROPA PRESS |

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain