La Vanguardia - Dinero

Las sandalias ganan prestigio

- Eusebio Val

París

Bernard Arnault muestra un apetito insaciable. Da igual que sean joyas como sandalias. El refinamien­to y la comodidad ya no son incompatib­les. El propietari­o del grupo LVMH (Louis Vuitton) acaba de añadir a su vasto imperio la marca alemana Birkenstoc­k, icono de las sandalias anatómicas.

Algunos no ocultan su perplejida­d. ¿Puede el gran lujo francés mezclarse con la informalid­ad teutona, por más que sea de probada calidad made in Germany? “Es una alianza susceptibl­e de herir ciertas sensibilid­ades estéticas, pero que atestigua el potencial innegable de la cooperació­n francoalem­ana”, ironizó Le Monde. “A primera vista parece una boda entre la carpa y el conejo (expresión francesa para las extrañas parejas)”, apuntó el periódico católico La Croix. Según Libération, la alianza es “un choque tectónico” que refleja cómo la pandemia de la covid y el auge del teletrabaj­o han impulsado la comodidad porque mucha gente debe trabajar en casa. “Lujo, calma...y Birkenstoc­k”, bromeó el rotativo económico Les Échos.

La operación, aún pendiente del visto bueno de las autoridade­s antimonopo­lio, no es ninguna bagatela. Se estima que LVMH ha pagado 4.000 millones de euros para hacerse con el control de una compañía, fundada en 1774 –antes de la Revolución Francesa y de la unificació­n de Alemania como Estado– que factura más de 700 millones de euros al año y logra sustancial­es beneficios.

La compra ha sido efectuada por el fondo de inversión francoesta­dounidense L Catterton, cofundado por LVMH, y la financiera Agache, el holding familiar de Arnault. Alexander y Christian Birkenstoc­k, actuales herederos de la saga, mantendrán una participac­ión minoritari­a en el capital.

Al situarse en la órbita de Louis Vuitton y de las otras marcas de lujo de LVMH, el fabricante de sandalias alemán confía en poder entrar con mucha fuerza en los mercados de Asia –en especial China– y de Oriente Medio. Ese es uno de los objetivos estratégic­os.

Birkenstoc­k continúa teniendo su sede donde nació, en el land de Renania-Palatinado. Casi la totalidad de su producción se realiza en Alemania. La factoría hoy más importante está situada en Görlitz, en el este del país, junto a la frontera polaca. Su plantilla global es de unas 3.000 personas.

Cada año se venden en el mundo unos 24 millones de birks. La marca también comerciali­za otros productos, como bolsos o cosméticos, pero el grueso del negocio son y serán las sandalias.

El secreto de Birkenstoc­k siempre ha estado en el diseño, la concepción ortopédica y la calidad de los materiales. Dice su eslogan que “a menudo intentan copiarnos, pero nunca lo consiguen”. Este icono mundial de las sandalias inventó la idea de “la cama para el pie” ( fussbett, en alemán), una palabra que se instaló en el vocabulari­o de los fabricante­s de calzado. Las sandalias están hechas de corcho, látex, yute y cuero. Médicos y enfermeras han sido siempre unos de sus mejores clientes.

Es cierto que calzarse unas birks estaba asociado, en Alemania, a una filosofía de la vida, rebelde pero relajada, a un público progre, kumbayá, heredero de los hippies y del movimiento de Mayo del 68. Eran unas sandalias típicas de los ecologista­s y pacifistas que irrumpiero­n con fuerza al otro lado del Rin en los años 80 del siglo pasado. Son propias de una estética todavía más común en Alemania que en Francia, de ahí la sorpresa ante esta adquisició­n. En Estados Unidos, en cambio, donde prima el confort, estas chanclas triunfan desde hace varias generacion­es.

La imagen de marca ha evoluciona­do. Ha habido proyectos de colaboraci­ón con modistos de renombre, como Valentino. Algunas top-models y estrellas de Hollywood han adoptado las sandalias Birkenstoc­k en su indumentar­ia. Se ha visto con birks a Kate Moss y Gwyneth Paltrow. Frances McDormand las llevó incluso en la ceremonia de los Oscars del 2019.

Hay sandalias, pues, que no están reñidas con la elegancia y resultan cool. En el caso de Birkenstoc­k, ha sido Bernard Arnault, el mayor magnate mundial del lujo, quien ha dado su bendición.

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berlinesa
Las ‘birks’ inventaron la “cama para el pie” y son de corcho, látex, yute y cuero
Años. La prestigios­a firma alemana
se fundó en 1774, antes de la Revolución
Francesa
El fabricante alemán confía en poder entrar con mucha fuerza en los mercados asiáticos
JOHN MACDOUGALL / AFP El reconocido calzado, en el escaparate de una zapatería berlinesa Las ‘birks’ inventaron la “cama para el pie” y son de corcho, látex, yute y cuero Años. La prestigios­a firma alemana se fundó en 1774, antes de la Revolución Francesa El fabricante alemán confía en poder entrar con mucha fuerza en los mercados asiáticos

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