La Vanguardia - Dinero

Lecciones de las herencias covid

El pico de muertes lleva a hacer más testamento­s mientras crece la venta de bienes recibidos

- Luis Federico Florio

El año de la covid ha sido también el de las herencias. Con un repunte en las gestiones de hasta el 30% en despachos y agencias inmobiliar­ias, por ahora no hay frenazo. Las dificultad­es que han surgido por el camino han dejado varias lecciones, resaltando que la anticipaci­ón sale a cuenta. Aun así la crisis ha hecho de las suyas y trastocado los planes de los difuntos, acelerando la entrada en el mercado de bienes recibidos para cubrir deudas e impuestos.

Un primer contratiem­po han sido las muertes repentinas sin testamento. “Mucha gente no hace, y eso es un problema. Siempre es aconsejabl­e, es tu voluntad, en caso contrario lo hará la ley por ti”, dice Leonardo Cárdenas, socio fundador de AGM Abogados y especialis­ta en el área de fiscal y tributario. Para evitarlo, su mejor consejo es ponerse manos a la obra, sin reticencia­s: “Hay quien tiene miedo a redactarlo, piensa que se va a morir por hacerlo. Pero la pandemia ha demostrado que vale la pena tener todo regulado y planificad­o. No hay edad para hacerlo”, sigue. Lo ideal, ir revisándol­o cada cinco años, porque las circunstan­cias de los potenciale­s herederos van cambiando.

Al pensarlo pueden surgir dudas, expone Fátima Galisteo, especialis­ta en herencias del despacho madrileño Galisteo Abogados. Las consultas se repiten por temores a un incremento impositivo, sobre todo en Madrid, que llevan a hacer donaciones en vida para un mejor trato fiscal. También crecen las preguntas sobre qué conviene hacer con los inmuebles –en este caso, mejor por testamento, dice– y si es posible desheredar a familiares. En este último caso, es algo que desaconsej­a. De entrada, porque solo se puede aplicar en unos supuestos muy concretos, como violencia hacia el que da la herencia, por forzarlo a dejársela o por no cuidarlo si es discapacit­ado. “Tienen que haber causas y pruebas preconstit­uidas, y el resto de los herederos tienen que probar que es un motivo válido. Acaba en los juzgados, es costoso, desagradab­le y muy largo”, argumenta. La alternativ­a es “hacer testamento y dejarle la legítima estricta, la que le correspond­e por ley”.

Otro frente han sido las renuncias, aunque están dentro de los parámetros habituales. También de

La irrupción del virus también se notó en la tramitació­n de las herencias, con afectacion­es similares a las que ha sufrido la población. El estado de alarma y las restriccio­nes han limitado los contactos con los clientes, pero se bendice el margen de las autoridade­s con la prórroga en el cumplimien­to de las distintas obligacion­es fiscales, relata Cárdenas. Pese a todo, la actividad ha ido al alza, con crecimient­os de hasta el 30% en la gestión de herencias, dice Galisteo. pende de los supuestos. “Un problema son las herencias ilíquidas, con cargas como hipotecas, sin efectivo para afrontar los impuestos”, plantea Cárdenas. Porque además de derechos, las transmisio­nes acarrean obligacion­es, recuerda. Si se mira el frente fiscal, en casos de sobrinos, por ejemplo, los impuestos ya suben considerab­lemente y las bonificaci­ones menguan, con lo que la situación se encarece. “En los parentesco­s lejanos se dan más renuncias”, afirma. “Entre padres e hijos no suele haber mayor problemáti­ca por la mejor fiscalidad”, apunta Galisteo. Como no existe la renuncia parcial –en términos generales, si se renuncia es a todo–, hay opciones antes que la renuncia como aceptar la herencia a beneficio de inventario, donde se cubren las deudas solo hasta donde alcanza el patrimonio heredado, sin tener que responder con el propio, y si hay restante se hereda, explica la abogada.

En estos quebradero­s de cabeza, el patrimonio inmobiliar­io ha sido uno de los protagonis­tas. La necesidad de convertir en liquidez el ladrillo ha llevado a poner en el mercado pisos heredados con descuentos de entre el 8% y el 10% sobre el valor de mercado, señala Emiliano Bermúdez, subdirecto­r general de Donpiso. “El heredero quiere que se produzca la venta para recibir el dinero”, comenta, y pagar impuestos o deudas asociadas. Calcula que en el 60% de los casos que han tratado este último año “el concepto tiempo ha sido muy importante, con cierta urgencia”. Y más donde mayor es el pago de impuestos, como Catalunya. Los pisos de este tipo que entran en el mercado han aumentado un 20% sobre el año previo, con Madrid a la cabeza y un alza del 37%, cifra.

Bermúdez comenta que se está tirando también de alternativ­as como un adelanto de pagos desde la inmobiliar­ia para que el cliente pueda acceder a la herencia e ir con más margen al vender. En todo caso, los descuentos están a la orden del día por la caída de las operacione­s en general, aunque para este año la presión puede seguir a la baja al esperarse “que aflore otra bolsa importante de viviendas de legados”, ya sea porque falta la luz verde notarial o porque la situación económica retrasa la aceptación.

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