2023: el final de la crisis
El proceso de recuperación económica ya ha comenzado en los países tractores, con lo que se inicia un ciclo de crecimiento global
Bill Gates ya lo había pronosticado: “Para primavera las cosas comenzarán a cambiar drásticamente y volveremos a la normalidad”. Al menos en Estados Unidos, como antes ocurrió en China. Eso significa que los dos grandes motores económicos ya se han puesto en marcha. Después se les unirán Francia, Alemania y el resto de los países de la Unión Europea.
Los principales expertos y organismos internacionales coinciden en señalar el 2023 como el año en que se sellará el fin de la crisis mundial ocasionada por la covid y el inicio de un nuevo ciclo de crecimiento global. Para este año, la OCDE prevé que la economía mundial crezca en su conjunto un 5,6% de media, y los países del G-20, el 6,2%. Es decir, una recuperación en forma de V asimétrica.
Ese será el momento en que nos podremos olvidar la pandemia, que pasará a ser una pesadilla del pasado. Y será posible gracias a la vacunación y a los fuertes estímulos al crecimiento de los principales bancos centrales. Eso no quiere decir que la salida será igual ni al mismo tiempo para todos. Aún quedan muchas incertidumbres y meses de zozobra, de dolor y de muerte, pero el viento de la historia sopla en esa dirección.
Tener un punto de referencia aproximado de cuándo saldremos de esta larga crisis sanitaria, económica y social ya es muchísimo. Una cosa es ver la luz a la salida del túnel y otra muy diferente es ponerle fecha. La economía ante todo son expectativas.
España no estará entre los primeros en superar la crisis, pero tampoco estará entre los últimos.
La OCDE, en línea con las previsiones de la Comisión Europea, ha mejorado sus expectativas de crecimiento del PIB para este año, que fija en el 5,57% y en el 4,8% para el que viene. A pesar de ser las mayores de la zona euro, quedan muy por debajo de los objetivos marcados por el Gobierno, del 7,2%. Nadia Calviño no se suele equivocar, y sus previsiones se basan en los 24.000 millones de ayudas que se recibirán de Europa y que equivalen a dos puntos del PIB.
Estos fondos permitirán planes de estímulos muy potentes como los 11.000 millones que ha aprobado el Consejo de Ministros. Se redoblan las políticas expansivas con nuevas medidas de gasto con claros tintes sociales. Es el camino emprendido por el nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el recomendado por el FMI, que insiste en que lo peor que se podría hacer ahora sería una polí
Durante la pandemia los ciudadanos han sido más conscientes de la protección que les aportan los seguros, hasta el punto que desde el verano hasta ahora ha aumentado el ritmo de contratación de nuevas pólizas, especialmente en los ámbitos de salud. Esto se explica por el clima de mayor incertidumbre existente y por la mayor conciencia de vulnerabilidad ante posibles imprevistos. Esta es una de las conclusiones de los Diálogos de Futuro del Banco Sabadell con La Vanguardia celebrados esta semana sobre el sector asegurador.
Los participantes fueron Javier Rodríguez, responsable de Vida y miembro del comité de dirección de Zurich España; Javier Ibáñez, director general de Sanitas Seguros; Jordi Montalbo, socio responsable del Sector Seguros de Deloitte; Mirenchu del Valle, secretaria general de Unespa, y José Antonio Sánchez, director general de ICEA, junto con Anna Puigoriol, directora de Service Solutions de Banco Sabadell, y Pablo de Porcioles, director general adjunto de Godó Strategies, que ejercieron de anfitriones del acto.
Anna Puigoriol afirmó que, como muchos otros, el negocio asegurador también se ha visto afectado por la pandemia. Dijo que desde la industria se ha reaccionado muy rápidamente para adaptar las coberturas a las nuevas necesidades e incorporar la pandemia en seguros no cubiertos. También señaló que en los clientes se ha hecho más patente la necesidad de los seguros.
Jordi Montalbo, de Deloitte, reforzó esta idea al afirmar que “la pandemia ha puesto de manifiesto la aportación social del sector asegurador”. Destacó Jordi Montalbo, en este sentido, que se han mantenido por compromiso social la mayor parte de las coberturas, especialmente las sanitarias, y que se han atendido las demandas de todos los asegurados que lo han nece
España cuenta con un elevado nivel de protección excepto
en los seguros de vida y previsión
Las compañías de seguros
de salud han estado al lado de la sanidad pública para atender a los enfermos de covid sitado, pese a que la legislación no obliga a ello, El riesgo de pandemia está especialmente excluido de las pólizas porque es imposible de cuantificar y por lo tanto de tarificar. Todos los participantes, sin embargo, estuvieron de acuerdo en la necesidad de poder establecer algún tipo de cobertura del riesgo ante la eventualidad de nuevas pandemias que pudieran producirse en un futuro. Asimismo, todos coincidieron en que es algo que se debería afrontar a través de la colaboración público-privada.
Javier Rodríguez, desde Zurich España, recordó que el Consorcio de Compensación de Seguros tampoco da respuesta a los riesgos de pandemia y señaló que es evidente, después de lo sucedido, que hay que dotarse de las herramientas necesarias para afrontar ese riesgo en el fu
turo. En cualquier caso, a su juicio, eso deberá hacerse en colaboración entre el sector privado y el Estado.
De la misma opinión es la secretaria general de Unespa. “Una pandemia –dijo– afecta a la vez a toda la sociedad y los riesgos que eso comporta no pueden ser asegurables. En caso de implantar alguna alternativa al respecto se necesitaría también alguna capa de protección a nivel de la Unión Europea”.
En cualquier caso, todos los participantes estuvieron de acuerdo en que sin los seguros de salud privados la sanidad pública no habría sido suficiente para atender las necesidades médicas y hospitalarias del conjunto de la población derivadas de la pandemia.
Los seguros de salud privados prestan servicios sanitarios a más de nueve millones de personas, al margen de los funcionarios, que tienen un seguro específico, y ello libera la presión que hay sobre la sanidad pública. Esos más de nueve millones de personas pagan doble por la sanidad. La pública la pagan a través de sus impuestos, y la privada, directamente con su dinero. A juicio de Jordi Montalbo, “habría que plantearse algún tipo de desgravación fiscal para este amplio colectivo de ciudadanos, tal y como ocurre en otros países de nuestro entorno”.
Javier Ibáñez, de Sanitas, señaló que el sector asegurador aceptó cubrir la asistencia sanitaria por covid por responsabilidad social. “Nadie tuvo dudas –dijo– a la hora de hacerlo”. Destacó que la colaboración con la sanidad pública para la atención médica y hospitalaria a los ciudadanos ha sido muy importante, tanto a los que estaban asegurados como a los que no. “Es justo reconocer –señaló– que el sector asegurador ha contribuido y contribuye a proteger a la sociedad”.
Mirenchu del Valle, de Unespa, recordó que el conjunto del sector asegurador, al poco tiempo de la pandemia, creó una póliza universal de vida y hospitalaria para todo el personal sanitario y de residencias que cubre un importe en caso de fallecimiento y una indemnización diaria en caso de hospitalización. “Lo hicimos –dijo– para apoyar a las personas que estaban en primera línea de la lucha contra la pandemia y rendirles un tributo de reconocimiento, gratitud y protección. Es la póliza de seguros colectiva más grande que se ha hecho en España y ha servido de referencia para otros países”. Esta iniciativa, que tiene un coste de 38 millones de euros, ha sido costeada por 109
Directora de Service Solutions de Banco Sabadell
“El sector asegurador ha adaptado coberturas a nuevas necesidades, y los clientes se han sensibilizado para estar más protegidos”
Director general de Sanitas Seguros
“Es justo reconocer que el sector asegurador ha contribuido y contribuye a proteger a la sociedad en los momentos difíciles” compañías aseguradoras, tanto grandes como pequeñas y medianas.
José Antonio Sánchez, desde ICEA, destacó la relevancia económica y social del sector asegurador, ya que aporta el 5,5% del PIB y da empleo de forma directa a 50.000 personas (96% con contrato indefinido) y a casi 500.000 de forma indirecta, incluyendo mediadores y proveedores de servicio. Es asimismo uno de los principales inversiones institucionales y gestiona 350.000 millones de euros de inversiones. Resaltó que resiste relativamente bien la dura crisis que vive la sociedad española gracias a la gestión prudente que hacen las compañías. En el 2020, pese a la caída de la actividad, el sector ha podido mantener sus niveles de rentabilidad y alta solvencia.
En el transcurso de los Diálogos se suscitó el debate sobre si en España el grado de protección de los ciudadanos era el adecuado. La conclusión fue que sí. Que España tiene un nivel bastante alto de protección en la mayoría de los seguros, con un gasto medio similar al del resto de Europa. También es muy buena la protección frente a los riesgos de la naturaleza, incluso mejor que en el resto de la Unión Europea, gracias al Consorcio de Compensación de Seguros. En cambio, según destacaron todos los participantes, España es el último país europeo en seguros de vida y de previsión para complementar los ingresos en la edad de jubilación. Incluso Portugal tiene mayor protección en este ámbito. Ello, en buena medida, se explica porque el ahorro de los españoles se destina principalmente a la compra de vivienda propia.
“El cliente no es experto en seguros –afirmó Anna Puigoriol– y por eso lo que más valora es que se le pueda transformar la complejidad de las condiciones de las pólizas con la máxima sencillez y transparencia para luego no tener sorpresas. Necesita, en este sentido, que en el sector haya expertos en los que pueda confiar”.
Añadió la directiva del Banco Sabadell que el sector asegurador debe adaptarse constantemente a las necesidades de los clientes. “Es clave que, cuando sufran un siniestro, los clientes no se encuentren solos y se pueda resolver con eficacia y rapidez”.
Javier Rodríguez, de Zurich España, puso sobre la mesa el reto de la digitalización al que se enfrenta el sector asegurador. Señaló que los clientes valorarán el servicio que les ofrecen las aseguradoras en compa
Secretaria general de Unespa
“El marco normativo del seguro data de 1980 y debe actualizarse para dar respuesta a las necesidades de la sociedad actual” ración con la experiencia que tienen como clientes en otros sectores. “No solo exigen un buen servicio –añadió–, sino también la personalización de sus seguros en el contexto en el que lo necesitan. Para ello el uso de los datos ( big data) y de la inteligencia artificial resulta esencial. El sector ha de utilizar todos los medios tecnológicos a su alcance para adaptarse a los nuevos canales de comunicación que usan sus clientes y a sus demandas”.
También explicó que las nuevas generaciones prefieren asegurar su estilo de vida y no sus pertenencias. Al respecto opinó que todavía falta mucha innovación por parte del sector asegurador. Otra tendencia es la creciente exigencia de compromiso de las compañías aseguradoras con la sociedad y con la sostenibilidad.
Según José Antonio Sánchez, de ICEA, el sector asegurador tendrá que evolucionar desde la resolución del problema hacia el asesoramiento para prevenir riesgos, con el firme propósito de contribuir a mejorar la vida de las personas, soportado en un modelo de servicio que trascienda el producto puramente asegurador. “Eso exigirá –dijo– más personalización, a la que sin duda contribuirá el proceso de digitalización”.
Desde Sanitas, Javier Ibáñez destacó el gran aumento de las videoconsultas que se ha producido a raíz de la pandemia y que se ha iniciado una evolución acelerada para innovar y mejorar los servicios en este sentido. Cree, al respecto, que el progreso de la digitalización transformará la medicina y ayudará de forma más intensa a la prevención de enfermedades. Dijo que, en este sentido, Sanitas ha creado plataformas para ayudar a mejorar la nutrición, el deporte y la salud emocional de sus clientes. “Las aseguradoras deberemos mejorar las respuestas a las nuevas demandas de la sociedad con productos más sofisticados y a medida”.
Mirenchu del Valle, de Unespa, así como los demás participantes, coincidieron en la necesidad de actualizar y adaptar a los nuevos tiempos la legislación sobre seguros, que data de hace cuarenta años, y que limita la cobertura de nuevos riesgos y el desarrollo del proceso de digitalización.
“Somos una actividad muy regulada –dijo–. El marco normativo es de 1980 y supone un corsé para el desarrollo de nuevos productos de seguro, de la atención a las necesidades del consumidor y de la expansión del sector”.
Responsable de Vida y miembro del Comité de Dirección de Zurich España
“El sector asegurador ha demostrado su vocación social ayudando a la sociedad y a los asegurados a superar los retos de la pandemia”
Socio responsable del sector Seguros de Deloitte
“La pandemia ha evidenciado la función social del seguro a la vez que ha actuado de acelerador en su proceso de transformación digital”
Director general de ICEA
“El sector asegurador resiste relativamente bien la crisis gracias a la gestión prudente que hacen las compañías y su elevado nivel de solvencia”
Un total de 109 compañías aseguradoras se unieron para crear una póliza colectiva de vida y hospitalización gratis para los profesionales sanitarios y trabajadores por valor de 38 millones de euros