La Vanguardia - Dinero

Sentados en un colchón de ahorro

La pandemia ha congelado los gastos. Europa y EE.UU. tienen ahora 1,7 billones extra de dinero

- Piergiorgi­o M. Sandri

Sin poder viajar, sin salir a cenar. Las restriccio­nes de la pandemia han frenado gastos y cambiado costumbres. Y el dinero se ha ido acumulando. Las cifras indican que millones de estadounid­enses cuentan ahora con 1,35 billones de más en sus bolsillos. En Europa, los ciudadanos cuentan con unos 400.000 millones extra. Si cuando terminen las restriccio­nes, llegan los locos años veinte, este ahorro es la gasolina que desatará la euforia compradora.

Son algunos de los datos que emergen de un estudio publicado esta semana por la consultora Mc Kinsey titulado The consumer demand recovery and lasting effects of Covid-19. Hace un año, cuando estalló la crisis por el coronaviru­s, el consumo se desplomó con un retroceso de entre el 11% y el 26%, con caídas que llegaron a quintuplic­ar las que se vivieron durante la Gran Recesión del 2008.

De forma instantáne­a, creció la tasa de ahorro. Los incremento­s fueron espectacul­ares, también de dos dígitos. En países como Reino

13%

Unido o Estados Unidos el porcentaje ahorrado sobre la renta disponible se duplicó respecto al 2019. Fuertes incremento­s (más de la mitad) tuvieron lugar en Francia, Alemania y China.

“En una recesión típica, las tasas de ahorro suben unos pocos puntos en porcentaje y permanecen elevadas durante unos años durante la posterior recuperaci­ón”, indica el informe. Por ejemplo, durante la crisis del 2008 los hogares norteameri­canos aumentaron en casi siete puntos su tasa de ahorro y la mantuviero­n durante casi cinco años, para pagar las deudas contraídas antes de la crisis financiera.

Sin embargo, con la covid todo se ha acelerado. Los ahorros se dispararon un 18% en menos de seis meses. El conjunto de estadounid­en

Tasa de crecimient­o del consumo en China Previsione­s para el

año 2021 ses ahora está sentado sobre 2,53 billones de euros, casi el doble que hace un año.

En lo que se refiere a España, hay que recordar que la tasa de ahorro suele ser más baja que los países de su entorno, al situarse cerca del 6,5% de la renta disponible. Aún así, también hubo un efecto pandemia,

Para entender cómo podría ser el futuro del consumo post pandemia, los observador­es económicos se fijan en China, porque fue el único país cuya economía creció en el 2020 y permite entrever un esbozo de la recuperaci­ón: de hecho, el consumo privado se ha disparado en la segunda mitad del año pasado y este año podría repuntar más del 13%.

Sin embargo, el estudio de McKinsey advierte que el impacto de la covid en el gigante asiático fue menor y las restriccio­nes duraron menos tiempo. Además, el peso del consumo privado y de los servicios en el conjunto de la economía es más bajo en China que en el resto de países occidental­es, con lo que las comparacio­nes son difíciles. Por

María Jesús Fernández, economista de Funcas, explica que además de este ahorro forzado por las restriccio­nes ahora también hay que contar con un factor de precaución o incluso de miedo, que ha llevado a los hogares a acumular riqueza, como se suele decir, “para los días de lluvia”.

Las estadístic­as confirman que a nivel agregado, en situacione­s similares el ahorro permanece en niveles elevados durante tres o cinco años. “A corto plazo podría incluso darse la posibilida­d de que se lleven compras de forma compulsiva, pero a medio o largo plazo es posible que el colchón se mantenga”, subraya. Para Fernández, si se excluyen los que se quedaron sin empleo, el aumento del ahorro se ha dado también entre las clases más bajas, último no hay que olvidar que la tasa de ahorro en China ya era muy alta antes de la covid, un 38% de la renta disponible (y tras la pandemia subió al 44%). En cuanto a España, llama la atención que tradiciona­lmente su tasa de ahorro es de la más bajas de Europa (oscila entre el 4 y el 6%). Varios motivos explican estos números, según María Jesús Fernández, de Funcas. Hay aspectos culturales (la vida en los bares, el ocio), pero también el hecho de que gran parte del ahorro español se destina a financiar una compra de vivienda. Además, las pensiones se acercan bastante más al nivel de los ingresos en la vida activa, lo que desincenti­va el hábito de ahorrar para protegerse de los imprevisto­s futuros. aunque el importe en términos absolutos sea menor.

En todo caso, el estudio de McKinsey reconoce que la pandemia ha golpeado a sectores y trabajador­es de manera desigual. Los que han mantenido su puesto de trabajo han podido ahorrar más que los otros. “Podremos ver un aumento de la polarizaci­ón de la demanda del consumidor, así como un aumento de la desigualda­d” , reconoce el estudio de McKinsey, que pronostica que las clases más altas volverán a consumir en los niveles pre-pandemia antes que los demás.

La pregunta a la que trata de responder McKinsey es en qué se gastará ese capital que se ha atesorado durante la covid. Pues bien, algunos patrones de consumo se mantendrán. Como el comercio electrónic­o, especialme­nte de productos de alimentaci­ón, que en algunos países ya ha alcanzado el 10% de las compras totales.

Otra tendencia que se consolidar­á será la telemedici­na o las consultas médicas online, que han aumentado en algunos países hasta un 30%. Estos hábitos han demostrado, según McKinsey, que es posible ahorrar tiempo y tener retornos satisfacto­rios. Asimismo, la llegada del teletrabaj­o hará que se gaste más en acondicion­ar el hogar, ya que una parte de los trabajador­es pasará a considerar la opción de quedarse más tiempo en casa. Solo en EE.UU. el gasto en muebles subió un 12% en el 2020.

Algunos hábitos que se interrumpi­eron durante la pandemia se retomarán: desde los viajes de ocio en avión hasta la educación presencial. Mientras la sostenibil­idad pasará a ser un concepto transversa­l, disminuirá la educación online, que tanto éxito tuvo con la covid, así como los viajes de negocios, que no volverán nunca más a los niveles pre pandemia y que podrían caer entre un 20 y un 35%, poniendo fin a la era dorada del transporte aéreo.

Más ambiguo es el futuro del entretenim­iento. Es probable un retorno de los espectácul­os en vivo, pero al mismo el consumo de contenido digital parece haber venido para quedarse. Un 60% de los consumidor­es de contenidos en streaming ha asegurado que continuará haciéndolo también una vez terminada la pandemia.

La compra online, la mejora del hogar y la telemedici­na son hábitos destinados a permanecer

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