La rusa y la china, con las mismas garantías
Europa está pagando un altísimo precio por una mala decisión geopolítica. ¿Por qué ha comprado vacunas anglosajonas y ha despreciado las de origen ruso o chino? La explicación es sencilla. Son países de inspiración comunista y supuestamente sus estándares de seguridad clínica son inferiores. Pero la Organización Mundial de la Salud se ha encargado en demostrar que esto no es cierto: la calidad de unas y otras es similar. La auténtica seguridad está en el suministro. Tener la vacuna o no tenerla, ésta es la cuestión. Las farmacéuticas dicen ahora que nos llegarán en abril, cualquiera se fía. regulación. La pandemia demostró que la descentralización de la producción a China es un riesgo geoestratégico. Al paralizarse el país asiático se han suspendido los suministros y se ha frenado la industria europea. La Unión Europea se ha convertido en una región totalmente dependiente.
Hay actividades o productos estratégicos que tienen que ser controlados por los estados. Hay sectores que necesitan una regulación que corrija los fallos de mercado. Una cosa es cierta, y es que las vacunas ya son estratégicas, pues de ellas depende la salud de los ciudadanos, su economía y hasta su libertad. No se trata de un fármaco más, sino un arma potentísima en la geopolítica del nuevo mundo poscovid.
Lo cierto es que las grandes potencias controlan su destino a través de sus farmacéuticas. Estados Unidos cuenta con Moderna y Pfizer, que están sometidas a su regulación. Rusia tiene Sputnik, China tiene Sinofar, Reino Unido tiene AstraZéneca... con las que no solo inmunizan a su población, sino que ejercen con ella su influencia diplomática. Hasta Cuba tiene Soberana, con la que trata de influir en los países no alineados.
Pero esto no solo pasa con las farmacéuticas, sino con otros mercados estratégicos como las grandes plataformas que controlan el negocio de los datos. EE.UU. ha diseñado un marco económico que protege a las empresas, por su parte, China mantiene el control de todo en manos del Estado y Europa argumenta que su modelo protege al individuo. ¿Es posible proteger a las personas sin medios de producción ni empresas propias? ¿Se puede proteger a los individuos solo con una regulación?
La verdad es que la Unión Europea ha vuelto a fallar por no tener su propio laboratorio. El desprestigio que ha acumulado AstraZéneca está más que demostrado. Incumplió los suministros, su eficacia es menor, los efectos secundarios han desatado la alarma social y, por si esto fuera poco, ha engañado escondiendo 30 millones de dosis en Italia para suministrar a terceros países de estrangis.
En este momento en que tenemos que pensar el mundo poscovid debemos ser más pragmáticos y menos confiados de lo que hemos sido hasta ahora.