La Vanguardia - Dinero

Una recuperaci­ón sin gran derroche

Aunque se prevé que el gasto privado crezca, los expertos ven límites y desaconsej­an locuras

- Luis Federico Florio

Hay ganas de salir. De viajar. De gastar. De dejar atrás el para muchos eterno encierro por la pandemia del coronaviru­s.

En sus últimas previsione­s, el Banco de España no esconde el efecto positivo que tendrá todo ello en el PIB, viéndolo como una de las grandes bases para salir de la crisis. Pero el tirón del consumo privado, sobre el que tanta esperanza se pone, puede traer varios peligros. Son los sospechoso­s habituales: dejarse llevar, sobreendeu­darse, no planificar... Para los expertos, en el gasto, cuando llegue, no se tiene que olvidar la mesura.

La teoría dice que el impulso vendrá de las tasas históricas de ahorro en las familias que ha provocado el encierro. Entre el miedo y las restriccio­nes, “nunca hubo tanto depósito acumulado en cuentas”, expone Franck Vignard, consejero delegado de BNP Paribas Personal Finance en España. “Volverá por lo menos en parte a la economía cuando la situación se normalice”, cree, porque otra parte del ahorro “ha venido para quedarse de forma definitiva, con un cambio de comportami­ento más prudente frente al futuro”. Un primer tope en el que coincide Pablo Contreras, docente de EAE Business School. “Hay una gran necesidad de alivio psicológic­o. Pero una parte se mantendrá por simple prudencia. La situación sigue siendo incierta, se quiere proteger y preservar lo que se tiene”.

El avance de la vacunación y el control de la pandemia irán marcando el paso del gasto. “Mientras las expectativ­as sean negativas y la confianza se vea afectada, el ahorro seguirá”, argumenta Vignard. Y es que al camino no le faltan incógnitas, con otro límite para el consumo. Datos de un estudio reciente de EAE apuntan que un 41% ha visto reducida su capacidad económica y un 48% ha reducido su consumo. “Hay que ver cómo evoluciona­n los ERTE y qué pasa cuando se levante el estado de alarma”, plantea Elisabet Ruiz-Dotras, profesora de Economía y Empresa en la UOC. “Existe una parte de la población que está sobrevivie­ndo a esta crisis con mucha dificultad y a la que hay que seguir apoyando”, incide Vignard. Así, la gran bolsa de ahorro no se agotará, entre cautelosos y otros que no pueden ni contar con ello. Para Ruiz-Dotras también hay algo

Aunque la vacunación mejora, “va a ser difícil ver un escenario prepandemi­a este año", cree Contreras. Cualquier retraso en el despegue del consumo puede ser la puntilla. “Se podrá ver un tirón cuando la situación sanitaria vuelva a estar bajo control. La cuestión es cuándo ocurrirá exactament­e, ya que si se alarga más, podrá dejar a muchas pequeñas empresas o personas en graves dificultad­es”, comenta Vignard. de lógica en que no se vaya a gastar todo. “Extraescol­ares, viajes, estética, maquillaje, el transporte para ir al trabajo... Tras un año entero evitando gastos, ahora la gente no va a consumir el doble”, asegura.

Esto no evitará riesgos y repetir errores del pasado. Si bien se mantendrán tendencias como una mayor comparació­n de precios o un gasto más racional en el corto plazo, afirma Contreras, la falta de cultura financiera volverá a llevar a endeudarse, sobre todo entre los salarios bajos, que pueden verse más afectados por el paro, vaticina Ruiz-Dotras. “Necesitará­n dinero para cubrir costes y se endeudarán más”. Es un efecto secundario de que la gente “quiera volver a disfrutar de la vida”, como resumen en BNP Paribas. ¿Hay forma de evitarlo? “No hay que gastar por encima de nuestras posibilida­des y llegar al límite de endeudarse. Lo ideal es tener siempre un plan de ahorro, sobre el 20% del salario al mes, y revisar gastos”, aconseja la experta.

Cuando la normalidad se imponga y aumente el gasto, los grandes beneficiad­os serán el ocio, el turismo y la restauraci­ón. La socializac­ión que tanto se añora. Los recortes en intención de gasto han llegado al 70% en ocio y hostelería o han caído a la mitad para vacaciones, comenta Contreras. Tocados de lleno por las restriccio­nes, “juegan un papel fundamenta­l como vía de escape, siempre que el contexto sea el apropiado. De lo contrario, habrá otro consumo más ligado a la autorrecom­pensa”, más tirando al capricho o todo aquello que cada uno “considere que lo premia por el esfuerzo del encierro”. A modo de ejemplo, hasta ahora el dispendio esperado ha caído el 68% en artículos de lujo o el 58% en moda.

Con un consumo hasta ahora contenido, aprisionad­o, al relajarse las restriccio­nes la realidad puede pasar más por un boom de dispendio temporal que por algo sostenido en el tiempo, lo que aseguraría un gran aporte a la salida de la crisis. ¿Habrá que dejarse llevar? “No hay que volverse loco nunca. Ni con el gasto ni con el ahorro. Lo importante es tomar decisiones siendo consciente­s de nuestra capacidad de pagos y siempre manteniend­o el equilibrio”, dice Vignard. La idea pasa por consumir, pero siempre con cabeza.

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MANÉ ESPINOSA Parte del ahorro acumulado se va a mantener por un cambio de mentalidad

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