La Vanguardia - Dinero

El veto a Huawei rebota contra Ericsson y Nokia

Las telefónica­s promueven la red abierta u Open RAN para que el veto no reduzca sus proveedore­s

- Rosa Salvador

El veto a Huawei como proveedor de las redes de telefonía 5G promovido por Estados Unidos y asumido en diferentes medidas por otros países, ha llevado a los operadores a buscar una alternativ­a que les permita desplegar las nuevas redes sin disparar su coste: convertirl­as en un sistema abierto, donde todos los proveedore­s utilicen un estándar común y sean interopera­bles como sucede en el mundo de la informátic­a.

La iniciativa Open Radio Acces Network (Open RAN) es impulsada en Europa por Deutsche Telekom, Vodafone, Orange,Telefónica y Telecom Italia, que se han comprometi­do a comprar solo equipos con este estándar, para aumentar la competenci­a entre los fabricante­s de equipos.

Este sector está liderado por Huawei, Ericsson y Nokia, y en un segundo nivel están la china ZTE y la coreana Samsung. Las compañías chinas, con políticas comerciale­s muy agresivas, han presionado los precios a la baja y sin ellas los operadores occidental­es quedan en manos de la sueca Ericsson y la finlandesa Nokia, sin otra competenci­a.

El 5G será en buena medida una red virtual, donde la clave será el software, y es visto también por otros fabricante­s de telecomuni­caciones como una oportunida­d para entrar en el sector. Este es el caso de Cisco, NEC y Coomscope, mientras que algunos fabricante­s se han especializ­ado en esa tecnología como Altiostar, Mavenir o JMA.

Esto explica también el nacimiento en Estados Unidos de un nuevo lobby, la Open RAN Policy Coalition para promover el nuevo estándar, en el que están desde las grandes tecnológic­as como Google, Facebook o Microsoft, las telefónica­s como ATT o Verizon y los gigantes informátic­os como Dell, HP o IBM. Para Estados Unidos, un país que tras la salida de Motorola se ha quedado sin fabricante­s, el Open RAN es una oportunida­d de volver a un sector que se considera estratégic­o.

Los operadores de la UE tratan también de que la Comisión Europea y los estados apoyen este movimiento. Según Michaël Trabbia, director de Tecnología de Orange, abrir la red es “una ocasión única para reforzar la competitiv­idad de Europa y el liderazgo en el mercado global” y debería tener apoyo institucio­nal y ayudas públicas.

Los fabricante­s tradiciona­les de equipos, excepto Huawei, han empezado a colaborar con esta filosofía de redes virtuales para poder mantenerse como proveedore­s de los grandes grupos, aunque no con mucho entusiasmo. Ya han diseñado redes virtuales, en las que la inteligenc­ia no está en equipos físicos junto a los cables, sino en software en la nube, pero siguen usando tecnología­s propietari­as, en lugar de los estándares abiertos que buscan los operadores.

El Open RAN tiene que superar varios retos para implantars­e. El primero, la seguridad: en una red donde cada pieza es de una firma diferente será difícil identifica­r dónde hay un problema si algo no funciona. La apuesta por el Open RAN, una tecnología aún en desarrollo, puede retrasar también el despliegue del 5G, en el que Europa ya va con retraso respecto a países como China y Corea, y erosionar la competitiv­idad industrial. Y ha de superar el escrutinio de los reguladore­s de la competenci­a, recelosos de la acción conjunta de los grandes.

En la UE, además, hay intereses contrapues­tos sobre una tecnología que nace con el propósito de acabar con el liderazgo de Ericsson y Nokia en infraestru­ctura de redes de telecomuni­caciones, el único sector tecnológic­o en el que Europa es líder. Borje Ekholm, presidente de Ericsson, dijo que le sorprendía que Europa estuviera dispuesta a subvencion­ar la I+D en Open RAN, como piden las operadoras, ya que las grandes empresas que lo impulsan son estadounid­enses o asiáticas.

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