La Vanguardia - Dinero

Inversión para principian­tes

Que el ahorro no pierda valor obliga a respetar varias claves y a ser realista en lo que se persigue

- Lalo Agustina

Ni licitacion­es, ni apenas adjudicaci­ones, ni aprobación de nuevas ayudas. La Sociedad Estatal de Participac­iones Industrial­es (SEPI) ha activado el modo pausa. Desde el 16 de marzo, cuando el Consejo de Ministros dio carta de naturaleza a los préstamos al grupo de agencias de viaje Ávoris, la entidad encargada de la gestión del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégic­as no ha tomado ninguna decisión relevante. O no la ha hecho pública. La parálisis del fondo creado por el Gobierno en julio pasado para inyectar hasta 10.000 millones en las empresas es muy desconcert­ante. Pese a la urgencia por los recursos de los solicitant­es de las ayudas y al tiempo transcurri­do, de momento solo se han aprobado cuatro operacione­s: Air Europa, Ávoris, Duro Felguera y la polémica Plus Ultra Líneas Aéreas.

Estas dos últimas pasaron el filtro del Consejo de Ministros –el último trámite– el 9 de marzo. Y ahí se acabó todo, al menos por ahora.. La aerolínea, con cuatro rutas mal contadas a Latinoamér­ica, sin apenas peso en el sector y en pérdidas desde su fundación hace diez años, se garantizó 53 millones en ayudas. Al margen del Gobierno, casi nadie entiende por qué ni para qué es necesario socorrer a esta empresa. El escándalo ha sido mayúsculo y las críticas a la SEPI por parte de políticos, aerolíneas y todo tipo de agentes económicos han sido constantes desde entonces. La más suave es que no se comprende cómo puede considerar­se estratégic­a a Plus Ultra, una aerolínea totalmente prescindib­le si se examina al sector en su conjunto.

El rescate de esta aerolínea ha cambiado el panorama. Desde finales del 2020, el fondo había puesto la directa. Y de las decenas de solicitude­s de fondos en trámite, cada semana salían a licitación entre tres y seis empresas para que los 40 asesores financiero­s y legales acreditado­s lanzaran sus ofertas para ayudar a la SEPI en el diseño y la validación de cada caso. Así ocurrió el 13 de marzo, cuando salieron a subasta los expediente­s de Hesperia, Hoteles Playa y Sidenor Forgings & Castings, ya con asesor.

Fue la última tongada. Ya no ha habido ni una más. El 19 de marzo, ya con Plus Ultra ocupando un buen espacio en sesiones parlamenta­rias y tertulias, Abengoa –en concurso de acreedores y camino de su liquidació­n– se descolgó con el anuncio de la petición de 250 millones para su filial Abenewco1. En teoría, las ayudas de la SEPI estaban reservadas para empresas estratégic­as castigadas por la crisis del 2020, pero con la condición de que gozaran de buena salud económica antes de la pandemia...

“Estamos en un momento de gran incertidum­bre por el escándalo de Plus Ultra y por la llegada de la presidenta”, dice uno de los interlocut­ores habituales del fondo. El pasado 31 de marzo, Belén Gualda, hasta ahora presidenta de Navantia, tomó los mandos del holding público. Luego llegó la Semana Santa y... hasta hoy. Los asesores están confusos. Las empresas candidatas a las ayudas, aún más. Nadie da la cara.

“Hay una zona gris amplísima, de discrecion­alidad absoluta, pero el problema no es ese, sino traspasar ciertos límites: cuando se hacen animaladas como la de Plus Ultra y te llueven las críticas, todo está bajo cuestión”, asegura otro de los conocedore­s del funcionami­ento del fondo.

El mes y medio de parón obedece, según otras fuentes, a un cambio de gestión del ente público auspiciado por el Ministerio de Hacienda y Administra­ciones Públicas. “La percepción es que las condicione­s se han endurecido y en la SEPI recuerdan ahora constantem­ente que el fondo es de último recurso, como consta en el decreto de julio”, apunta uno de los asesores más activos. Duro Felguera puede dar fe. Su acceso a los fondos, aprobados por el Gobierno, está en peligro. Porque estas operacione­s nunca son solo a dos bandas –empresa y SEPI– sino, por lo menos, a tres, al afectar a la banca. Sin un acuerdo con las entidades financiera­s o fondos acreedores, no hay dinero nuevo del Estado.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain