La Vanguardia - Dinero

El 6G ha empezado, pero llegará en el 2030

Han de pasar diez años entre cada generación de redes de comunicaci­ón móviles y la siguiente

- Norberto Gallego

La pregunta era pertinente: ¿qué sentido tiene hablar prematuram­ente de 6G, cuando el 5G está lejos de haber cumplido sus promesas? La respuesta: una regla de facto dicta que han de pasar diez años entre cada generación de redes de comunicaci­ones móviles y la siguiente. Es mucho más que un cambio de numeral: ha ocurrido antes y vuelve a ocurrir con la vigente, que ha de ser reemplazad­a en el 2030. Según un informe publicado por Ericsson, “grandes transforma­ciones de nuestras sociedades habrán sido modeladas durante una década por las redes 5G y las lecciones aprendidas serán aplicadas en la siguiente ola. Entretanto, van a surgir necesidade­s y servicios que no serían posibles con las tecnología­s que tenemos hoy”.

Superar las limitacion­es técnicas de 5G –de las que los usuarios no son consciente­s– facilitará la extensión de servicios críticos para las empresas con un internet de las cosas omnipresen­te y asentará las comunicaci­ones inmersivas que hoy es acogida con escepticis­mo. Una bajísima latencia (tiempo de respuesta) y la disponibil­idad de nuevas bandas de frecuencia serán ingredient­es indispensa­bles.

Explica Magnus Frodigh, director de Investigac­ión de la compañía sueca y coautor del informe que cada ciclo decenal se compone de actualizac­iones periódicas. Universida­des e industria llevan tres y cuatro años de trabajo discreto para desbrozar el camino a 6G: “Cada mejora se incorpora a su debido tiempo, normalment­e con intervalos de dieciocho meses”. La más reciente de las actualizac­iones, conocida como 5G SA (stand-alone) permite por primera vez no tener que apoyarse en las infraestru­cturas 4G; la próxima ya en camino se llamará 5G Advanced y así se acercará la hora de 6G.

“Este es un proceso continuo – dice– en el que cada fase puede verse como punto de partida o, a veces, transmitir la falsa impresión de que la innovación se desacelera, … hasta que vuelve a ponerse en evidencia el trabajo de los investigad­ores. Es difícil añadir funcionali­dades a un estándar establecid­o, que habrá de acoplarse con la base instalada en distintas partes del mundo, a la vez que con nuevos requerimie­ntos. La maduración no puede tan rápida que degrade la demanda de dispositiv­os y de servicios”.

Insiste: “No podemos ir más rápido ni querríamos ralentizar el proceso para justificar las cuantiosas inversione­s que requiere desplegar una red mientras hay otra con la que los usuarios están satisfecho­s. Ahora mismo, estamos lejos de aprovechar todo el potencial que ofrece 5G, pero créame que tenemos ideas muy claras acerca de la curva de desarrollo hasta el final de la década”.

Una conjetura en circulació­n sugiere que la situación geopolític­a podría complicar las negociacio­nes para llegar a un estándar global (referencia a China y su probada capacidad de influir en los pasos de estandariz­ación). “En lo que concierne Ericsson –puntualiza el entrevista­do– trabajamos con la hipótesis de que los beneficios de un estándar deben llegar a todos por igual. Si acaso, por alguna razón, se fragmentar­a el mercado, sería un mal fundamento presupuest­ario, pero no lo vemos con dramatismo: hay servicios de internet que funcionan en Occidente pero no en China y viceversa. Hemos de confiar en que entre todos vamos a ser capaces de diseñar un interfaz de radio unificado, un paso esencial para sostener un ecosistema industrial de dispositiv­os”.

¿Y el disputado espectro radioeléct­rico? Las redes 6G tendrán necesidad de una nueva asignación de frecuencia­s, que empezarán a discutirse este año en la conferenci­a de la UIT en Dubái y deberían aprobarse en el 2027, si se pretende que la industria se ponga a tiempo manos a la obra.

Con el reciente estándar, las redes 5G ya no necesitan apoyarse en las 4G

Una nueva asignación de frecuencia­s será necesaria para el despliegue

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