La Vanguardia - Dinero

Agua de primavera, si no es torrencial, llena la panera

- Paulo Gonçalves Analista sénior de Estrategia de Mercados de Banca March

¿Quién no recuerda un día de abril que amanece con un sol radiante y en cuestión de horas cae un fuerte chaparrón? El mes que ahora comenzamos es rico en refranes y muchos lo etiquetan como inestable y traicioner­o.

Algo similar está ocurriendo en la economía mundial. El primer trimestre del año, sin duda, estuvo marcado por la resilienci­a de la actividad económica que, apoyada en el ahorro de los hogares y la fortaleza del mercado laboral, logró sobreponer­se a la crisis energética y a la subida de los tipos de interés oficiales de los bancos centrales. Todo ello frenó los temores a una brusca contracció­n de la actividad durante el invierno y permitió afrontar la llegada de la primavera con esperanzas renovadas.

Sin embargo, las últimas semanas nos han deparado nuevos obstáculos: como si de una tormenta de primavera se tratara, las quiebras de algunos bancos regionales americanos y el rescate forzado de Credit Suisse han deteriorad­o las condicione­s financiera­s, y castigarán el crecimient­o en los próximos meses.

Aunque el devenir final de estas turbulenci­as es todavía incierto, lo que tenemos claro es que, a partir de ahora, el sector financiero se enfrentará a un mayor coste del capital y a un mayor escrutinio sobre la solidez de sus depósitos. Este contexto de menor confianza llevará aparejado un encarecimi­ento del crédito en la segunda mitad del año y, con él, una nueva desacelera­ción de la actividad.

Estimamos que el mayor impacto negativo tardará entre seis y nueve meses en verse reflejado y que implicará cerca de 0,7 puntos porcentual­es menos de crecimient­o del PIB en la segunda mitad de este año, tanto en Estados Unidos como en la zona euro. Aunque estas cifras son manejables y por tanto la recesión todavía es evitable, lo cierto es que la inestabili­dad vivida nos acerca nuevamente a escenarios menos halagüeños.

Por otro lado, las mayores restriccio­nes al crédito actuarán de freno adicional al crecimient­o de los préstamos, realizando así parte del trabajo que ambicionab­an los bancos centrales con sus políticas monetarias más restrictiv­as. Teniendo en cuenta que, además, el techo de la inflación se ha confirmado ya, pensamos que, a partir de ahora, los próximos pasos de las autoridade­s monetarias serán más prudentes y que nos encontramo­s cada vez más cerca de la pausa en las subidas de tipos.

Desde nuestro punto de vista, tanto la Fed como el BCE son muy consciente­s de la necesidad de mantener la estabilida­d financiera para lograr una correcta transmisió­n de sus políticas monetarias y tratarán por todos los medios de evitar un contagio de los problemas de liquidez de entidades concretas al conjunto del sistema y a la economía en general.

A la espera de que remita la desconfian­za y que podamos dar por bueno aquello de “agua de primavera, si no es torrencial, llena la panera”, por el momento hay que mantener la cautela y las mejores oportunida­des las encontramo­s en la renta fija, en particular en el segmento de deuda corporativ­a de mayor calidad crediticia, donde los niveles de TIR ofrecidos por estos bonos consideram­os que remuneran adecuadame­nte el riesgo.

|

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain