2023, año de las mipymes
Las pequeñas empresas han de ocupar un lugar central en la transformación de Europa, ya que constituyen la columna vertebral de la larga historia de éxitos industriales de nuestro continente. Así de contundente se manifestaba la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen en su discurso sobre el estado de la Unión. Además, muy consciente de que la inflación y la incertidumbre afectan particularmente a las mipymes y que estas han sido esenciales para la resiliencia de Europa, Von der Leyen señaló que están desarrollando un paquete de ayudas diseñado para este colectivo.
La participación de Pimec en la comisión de Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados, donde denunciamos que el dinero público no llegaba a las mipymes, y la interrelación continuada que estamos teniendo con la DG Grow, provocaron que Europa exigiera al Estado que legislara en esta materia. De estos esfuerzos nace la ley Crea y Crece, y la revisión de la directiva europea sobre la morosidad que iniciará su trámite parlamentario el tercer trimestre de este año.
El escritor del siglo de oro Baltasar Gracián, especializado en prosa filosófica, postulaba que “si nada hay que desear, todo es temer. Donde acaba el deseo, comienza el temor”. De aquí, el doctor en filosofía Ricardo Moreno hace una lectura de Gracián, apuntando que el secreto de la felicidad no consiste en carecer de anhelos y deseos, sino en la capacidad de mantenerse a flote cuando estos no se hacen realidad. Introduzco este apunte filosófico para poner en valor la resiliencia de las micro y pequeñas empresas que, durante diversas crisis sufridas últimamente, han sido capaces de sobrevivir. Además, la supervivencia empresarial tiene heridas y, tanto desde Europa como desde nuestro país, hemos de curar las mismas impulsando cambios a favor de las mipymes. Uno es ayudar a las empresas a crecer, ya que la rentabilidad es creciente a medida que aumenta la dimensión empresarial.
La necesidad de crecer pasa por legislar pensando primero en los pequeños para así hacernos grandes, tal y como venimos reclamando desde el inicio de mi mandato. De hecho, los recientes aprobados presupuestos de la Generalitat de Catalunya, que son especialmente relevantes porque han sido fruto de la implicación de los agentes económicos y sociales más representativos en su proceso de elaboración; son en clave de legislar en pequeño. En concreto, la dotación de 680 millones de euros al Plan Nacional para la Industria ha de beneficiar a las pymes, como mínimo, en un 60% de este importe presupuestado. También, en la ley Crea y Crece hemos provocado la introducción de unas medidas de discriminación positiva a favor de las pequeñas y medianas empresas, como, a cortes de ejemplos, prorrogar la incorporación de la factura electrónica y la simplificación administrativa. Teniendo en consideración todos los puntos expuestos, mi anhelo, al estilo más puro de Gracián, es que ¡el 2023 sea el año de las mipymes!
Supervivencia La inflación y la incertidumbre afectan sobre todo a las mipymes, pese a que son esenciales para la resiliencia de Europa