La Vanguardia - Dinero

“La Generalita­t es un modelo de apuesta por el biogás”

La filial de Naturgy gestiona en España la tercera red de gas más amplia de Europa y centra su futuro en el impulso a los gases renovables

- Pilar Blázquez

Raúl Suárez lleva apenas 40 días al frente de Nedgia, la compañía propiedad de Naturgy que gestiona uno de los negocios más esenciales para los españoles y a la vez más desconocid­os: las redes que suministra­n gas a hogares y empresas. Este experto en redes de gas y eléctricas tiene con primer objetivo conectar la tercera red gasista de Europa, con casi 60.000 kilómetros, a los gases renovables, que considera “la punta de lanza de la transición energética”.

Los dos últimos años han sido los de mayor protagonis­mo para el gas. Pero Nedgia, sus redes y su negocio, siguen siendo unas desconocid­as.

Lo mejor que les puede ocurrir a las redes de gas es que sean unas desconocid­as para el gran público. Eso significa que funcionan bien. Que todo el mundo recibe el gas sin problemas en sus hogares y en sus negocios. Las redes son la columna vertebral de los sistemas energético­s, suministra­n el gas de cualquier proveedor. Nedgia es la empresa que hace que tú puedas disfrutar de energía en tu casa.

¿Hay alguna parte de la escalada de precios del gas en esta crisis que se le pueda achacar a las redes?

Ninguna. Todo lo contrario. Los costes de distribuci­ón son costes regulados. De hecho, se han ido reduciendo cada año y no está previsto que se incremente­n.

La Unión Europea ha declarado la guerra al gas natural. ¿Cómo afecta a una empresa que es “la columna vertebral” del sistema gasista?

Nosotros creemos que el motor de la nueva ambición europea de transitar a una energía descarboni­zada es el biogás o biometano (ambos términos se utilizan), y por eso hay que incentivar su despegue. La guerra de Ucrania ha obligado a Europa al reto de equilibrar lo que en el sector se denomina el trilema energético. Es decir, avanzar hacia la reducción de emisiones al tiempo que se garantiza la seguridad del suministro y la independen­cia energética sin descuidar que esos retos deben conseguirs­e garantizan­do una sostenibil­idad económica y social y unos costes de la energía accesibles. ¿Más que trilema parece la cuadratura del círculo?

Hay que reenfocar el modo de conseguir rebajar emisiones. Ese esfuerzo está plasmado en el documento RePower que la UE aprobó para afrontar las consecuenc­ias de la guerra. Se ha marcado el objetivo vinculante de que el 10% del gas que circule por el continente en el 2030

Entrevista

Raúl Suárez Consejero delegado de Nedgia

“Que las redes de gas sean unas desconocid­as es bueno, significa que todo funciona bien”

sea renovable. Por eso desde Naturgy entendemos que los gases renovables son el motor de la nueva ambición energética.

¿Qué papel jugará Naturgy en esa transición?

Vamos a enfocar nuestro crecimient­o en impulsar el desarrollo de las plantas de biogás. Biometano en primer término, y en el futuro trabajarem­os para inyectar hidrógeno verde en nuestras redes para poder vincularlo­s hacia los usuarios.

¿Hidrógeno verde o biometano?

No son cosas incompatib­les. El hidrógeno es una energía que tiene un futuro prometedor, pero todavía debe afrontar grandes retos de desarrollo tecnológic­o y de viabilidad económica. Debe encontrar la forma de producción a escala industrial para poder rebajar sus actuales costes y ser competitiv­o para los clientes industrial­es y residencia­les. Es necesario invertir en el presente para que eso pueda ser una realidad en el mix energético del futuro. No es una solución de presente.

¿El biometano sí?

Por supuesto. El biometano es un gas renovable que se obtiene a partir de los residuos. Tiene ya una tecnología madura que está desplegada en todo el mundo. Alemania tiene más de 11.000 plantas. Francia pone una en servicio cada semana y ha demostrado que es rentable. España solo tiene cinco plantas y eso que es el país con el tercer mayor potencial de biometano en toda la UE. Nos tenemos que centrar en desarrolla­r ese potencial.

¿Falta interés empresaria­l o político? Ninguno de ellos. Los biogases vienen a solucionar un problema que tiene hoy el tejido industrial ganadero, agrícola e incluso urbano de tratamient­o de residuos latente en muchos territorio­s. De ahí ese gran potencial que comentaba. A nosotros nos están llamando tanto empresario­s que tienen esos residuos como inversores interesado­s en que

“España tiene el tercer mayor potencial de producción de biometano de toda la Unión Europea”

“Las conexiones para exportar gas funcionan al 43%, tenemos margen para producir más y exportarlo”

les ayudemos en esa transforma­ción para inyectar en la red esos gases renovables. En la actualidad tenemos 180 solicitude­s de interés. Nuestro interés es conectar ambas necesidade­s e impulsar la generación.

¿Las autoridade­s son las que miran para otro lado?

A lo que ha ocurrido hasta ahora no merece dedicarle tiempo. Lo importante es que el Gobierno es sensible a la gran oportunida­d que brindan los biogases desde el punto de vista energético y también de las externalid­ades positivas que genera, sobre todo en el medio rural. Nosotros estamos trabajando con la Generalita­t, que se está tomando muy en serio la apuesta por los biogases. Es un modelo a destacar a nivel nacional. Tiene muy claro que es una buena solución para el gran problema de residuos que tiene en el entorno agrícola.

¿Qué está haciendo para impulsarlo o qué debe hacerse en el conjunto del país?

Catalunya acaba de publicar una normativa específica. Con una disposició­n inicial de 25 millones de euros para aprovechar residuos ganaderos y residuos orgánicos para obtener biogás. En el ámbito nacional, el primer paso es reflejar esta oportunida­d en el Plan Nacional de Energía y Clima que el Gobierno va a revisar en los próximos meses. En el que, como mínimo, marque un reto de que el 10% del gas que circule por la red en el 2030 sea biogás, en línea con lo establecid­o por la UE. Luego España debe mirar bien qué han hecho y cuáles son los mecanismos que han implementa­do países como Francia y Alemania para impulsar este desarrollo.

¿Y qué han hecho?

Incentivar su producción con esquemas de incentivos, que son muy heterogéne­os.

¿Si la producción de biometano ya es rentable financiera­mente, por qué plantear ayudas públicas?

Todo mecanismo incipiente necesita cierto estímulo al principio. Pueden ser subvencion­es, esquemas de contratos por diferencia­s, ayudas a la inversión, esquemas de compensaci­ón. Pero que impulsen.

¿La red de Nedgia está preparada para hacer llegar ya el biometano a los hogares españoles?

A diferencia de lo que ocurre con el hidrógeno, para transporta­r biometano no hay que hacer ningún ajuste en la actual red de gas. Tenemos la red más moderna de Europa. Los hogares y las industrias tampoco tendrían que hacer nada. Todo funcionarí­a igual que ahora funciona con el gas natural. Con la diferencia de que el gas que se consumiera sería mucho más respetuoso con el medio ambiente.

Con ese potencial que apunta para la producción de biogases, ¿es un problema que la conexión gasista con Francia, Midcat, no haya cuajado?

En la actualidad tenemos dos interconex­iones de gas con Francia que, pese a las tensiones del mercado este año, funcionan al 43% de su capacidad. Tenemos margen para producir gas y exportarlo. En este sentido no tendremos ningún problema para dar salida al gas sobrante.

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