La Vanguardia - Dinero

Ave fénix con forma de criptomone­da

- Fernando Trías de Bes Escritor y economista. Profesor asociado de Esade

En lo que va de año, las criptomone­das se han erigido como el activo financiero cuyo precio más ha aumentado desde enero. Nada más y nada menos que un 70% en el caso del bitcoin. El debate sobre las criptomone­das consiste en un ir y venir de defensores y detractore­s que reivindica­n, según sopla el viento, tener razón sobre dos posturas completame­nte antagónica­s: si son una burbuja o si son el futuro. Sin son un activo confiable o son humo. Si son un producto especulati­vo o si son una inversión como cualquier otra.

Mi punto de vista al respecto es muy claro. Y no se trata de una opinión, sino de hechos, de caracterís­ticas financiera­s y elementos que definen a cualquier producto financiero y partir de los cuales se les atribuye una u otra cualidad.

Los elementos principale­s de cualquier activo son: uno, la presencia o no de rendimient­os explícitos o implícitos; dos, la garantía del emisor; tres, la naturaleza privada o pública del emisor. Así, un bono del Estado, es un activo financiero público (emitido por el Estado de un país soberano); con garantía o respaldo del tesoro público y que produce rendimient­os explícitos de un tres por ciento, por poner un ejemplo. Un piso es un activo respaldado por la propia construcci­ón que, adquirida, pasa a ser de naturaleza privada y que produce rendimient­os explícitos a través del alquiler.

En el caso de una criptomone­da estamos ante un activo digital, que no produce rendimient­os implícitos ni explícitos, cuyo valor no está garantizad­o por nadie y es de naturaleza privada. La emite una entidad privada y la pone en el mercado a través de plataforma­s de compravent­a. ¿Es humo? No, no es humo. Pero su valor depende única y exclusivam­ente de su precio en cada momento. Un bono del Estado puede perder valor durante su vida financiera, pero, a vencimient­o, el país en cuestión (si hablamos de países desarrolla­dos y serios) te reembolsan el principal acordado. Otra cosa distinta es si esa divisa se ha depreciado. Pero hay un garante, el emisor es una institució­n pública y hay unos rendimient­os determinad­os.

Por tanto, las criptomone­das son activos absolutame­nte especulati­vos. Para mí, no se les puede llamar inversión. Una inversión consiste en asignar recursos a la compra o creación de activos o de capital. En criptomone­das, se compran NFT, que son archivos digitales únicos. Adquirimos una secuencia única de ceros y unos cuya única cualidad es que las personas aceptamos que cotizan a un cierto precio y las intercambi­amos. ¿No es lo mismo con un billete o una moneda? No es lo mismo. La masa monetaria de un país está respaldada por el PIB de ese país. Por lo tanto, si quiere especular, criptomone­das es su producto. Si quiere invertir, hágalo en otra cosa.

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