La Vanguardia - Dinero

Pikolin: relevo tranquilo en la multinacio­nal del sueño

El flamante presidente de la compañía, Álvaro Solans, será el encargado de implementa­r el nuevo plan estratégic­o

- Ismael Arana

A Álvaro Solans (Zaragoza, 1980) no le duelen prendas en reconocer que su apellido pesa. Tercera generación de uno de los linajes empresaria­les con más solera de Aragón, la pasada semana culminó su ascenso al tomar las riendas de la compañía familiar, la multinacio­nal del descanso Pikolin. Un reto que asume con “ilusión y responsabi­lidad” en un contexto incierto.

Fue su abuelo, Alfonso Solans Serrano, quien en 1948 fundó la empresa en el incipiente barrio zaragozano del Arrabal. Era un pequeño taller donde, junto a un equipo de personas reducido, comenzó a fabricar camas metálicas y somieres. A veces trabajaban de noche, y otras, también los domingos, aunque estuviese prohibido. “Teníamos que pedir permiso en la parroquia, y la empresa nos tenía que dejar tiempo para ir a misa por las mañanas”, recordaba un antiguo trabajador en el libro editado por su 50 aniversari­o.

Con el tiempo, el negocio creció y tuvieron que mudarse a unas instalacio­nes más amplias. En 1957, Solans se fijó en un anuncio publicado en La Vanguardia en el que una empresa italiana, Permaflex, buscaba un socio español pavecinos ra producir colchones de muelles. En un momento en el que todavía predominab­a el jergón de lana, el zaragozano vio una oportunida­d de negocio. Se hizo con la licencia de fabricació­n, y en 1959 nacía la marca registrada. De ahí dio el salto a los hogares españoles, con campañas tan memorables como el televisivo “A mí plin, yo duermo en Pikolín”

Casi 60 años después de la creación de aquel eslogan (1964), la firma ha alcanzado el estatus de multinacio­nal del sector del descanso (o “una empresa familiar que ha traspasado fronteras comerciale­s y políticas sin perder su esencia aragonesa”, como prefería decir Alfonso Solans hijo).

En la actualidad, el grupo Pikolin cuenta con 13 marcas diferentes y es líder en España y Francia, con un 30% del mercado en cada uno, y el segundo grupo europeo del sector. Emplea a más de 3.000 personas en sus diez plantas de producción (siete en Europa, dos en Asia y una en Brasil) y el año 2021, el último del que se tienen cifras, vendió unos 4,7 millones de equipos de descanso y facturó 482 millones de euros, un 11% más que el periodo anterior. “Han sido unos ejercicios difíciles, marcados por la incertidum­bre y

Pikolin emplea a más de 3.000 personas en diez plantas de producción de Europa, Asia y Brasil

los continuos cambios de escenario, y consolidar la senda del crecimient­o es la mejor recompensa”, reconoció en la presentaci­ón de los resultados el consejero delegado del grupo, José Antonio González.

Una de las patas fundamenta­les de su buen hacer es la diversific­ación del negocio. Al sector hogar, Pikolin suma más de 40 años suministra­ndo sus productos a cadenas hoteleras nacionales (Sol

Meliá, Barceló, AC o Iberostar) e internacio­nales (Hilton, Waldorf Astoria o Crowne Plaza). Además, en el año 2012 compró la firma Pardo, líder nacional en la fabricació­n de camas y mobiliario hospitalar­io y geriátrico, que por entonces pasaba por serios apuros económicos, un mercado que ha consolidad­o gracias a un aumento de sus exportacio­nes.

De puertas afuera, su expansión internacio­nal comenzó en países como Portugal (1988) y Francia (2001), y se robusteció en el 2011 con la entrada en el Sudeste Asiático, un mercado de gran potencial en el que cuentan con dos fábricas (Vietnam y China) y licencia para comerciali­zar en 45 países. En el 2019 dieron un paso más con la adquisició­n de una planta en Brasil, donde ya contaban con presencia comercial, con vistas a ampliar el mercado latinoamer­icano. “Es necesario acercar

La empresa basa su estrategia en la innovación, diversific­ación e internacio­nalización

las fábricas a los consumidor­es porque el colchón (es un producto que) viaja mal, es pesado y voluminoso, las rozaduras o la humedad pueden estropearl­o, y requiere un embalaje que encarece su transporte”, comentó hace un tiempo su directora de comunicaci­ón, Ana Robledo.

Esta apuesta internacio­nal les permitió rebajar su dependenci­a del mercado español, que atravesó un gran bache a raíz de la crisis inmobiliar­ia del 2008 y la entrada de nuevos competidor­es y, hoy, España representa el 30% de sus ventas, cuando en el 2007 era el 70%. Aun así, la marca inauguró en el 2017 a las afueras de Zaragoza la mayor fábrica europea de colchones en un parcela de 210.000 metros cuadrados.

Pese a su magnitud, Pikolin sigue ostentando un marcado carácter familiar. En este sentido, Alfonso Solans hijo, recién nombrado presidente de honor, hace especial énfasis en la necesidad de garantizar una “transmisió­n calmada” dentro del grupo, con un traspaso de responsabi­lidades bien gestionado que respete los tiempos y huya de la precipitac­ión.

A falta de conocer los resultados del 2022 y las proyeccion­es de futuro, su heredero al frente, Álvaro Solans, será responsabl­e de implementa­r el nuevo plan estratégic­o destinado a “impulsar y consolidar la expansión internacio­nal”. Su otro hijo, Borja, seguirá al frente del negocio asiático desde su base en Malasia. “El futuro pasará por un crecimient­o sostenido y sostenible, un reto global al que todos debemos aportar”, sostuvo en un foro reciente el nuevo presidente.

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