Sacar partido del tirón de la IA
El retorno al invertir en el sector depende de si se opta por firmas conocidas o más escondidas
“La inversión en inteligencia artificial puede ser una opción interesante para aquellos inversores que buscan exposición a esta tecnología en constante evolución”.
La frase es de una herramienta propia de la IA, ChatGPT. El tirón del sector, llamado a revolucionar los procesos y las plantillas laborales, atrae a los inversores minoristas, que buscan sacar rédito. Si bien cuenta con varios gigantes consolidados en la delantera, como Microsoft o Alphabet, los nombres menos conocidos pueden esconder las mayores sorpresas. Todo en función del riesgo que se quiera asimilar.
“El desarrollo tecnológico crece con carácter exponencial”, comenta Darío García, analista de XTB. Para sacar partido hay que ser selectivo. Al consultar a expertos en qué empresas fijarse varios nombres se van repitiendo. Algunos suenan al gran público, como Microsoft, con impronta en ChatGPT y pasillo para invertir en la famosa herramienta; Alphabet (Google) que integra la inteligencia artificial en su motor de búsqueda de Chrome; o Amazon, que la usa para el procesamiento de voz en su asistente Alexa o su nube. “Tienen una ventaja competitiva por su capacidad de invertir grandes cantidades de recursos en I+D, contar con grandes conjuntos de datos y equipos talentosos”, expone Marc Pañella, selector de fondos de Analistas Financieros Internacionales (AFI). Otras cotizadas que permiten que cualquier minorista entre en el accionariado son más desconocidas. Y tienen más horizonte. “Las startups más pequeñas y menos conocidas pueden presentar oportunidades interesantes”, advierte Pañella. En bolsa destacan C3.ai, que acelera la transformación digital y la construcción de aplicaciones para empresas; la IA ligada a las finanzas y préstamos de Upstart Holdings; Palantir, de big data y con grandes contratos en el sector público de EE.UU.; o Baidu, motor de búsqueda chino que lleva años trabajando asistentes virtuales y el reconocimiento de voz.
Como en todo, al buscar el beneficio se puede arriesgar más u optar por ser conservador. El más precavido se decantaría por grandes tecnológicas. También más por proveedores que desarrolladores, como las tarjetas gráficas y
Más allá de Microsoft o Alphabet destacan C3.ai, Palantir, Upstart o Baidu
procesadores de Nvidia, las memorias de Micron o los equipos de IBM e Intel. Nutren a la industria y su punto a favor es que tienen el negocio más diversificado: “Aportan la tecnología física para programar y la potencia para operar”, comenta García. Los más agresivos, que optan a mayor retorno y volatilidad, se pueden ir a por las empresas más pequeñas y centradas en el desarrollo de la IA. Por su naturaleza, al surgir “las desarrolladoras requieren sobre todo un sacrificio económico, un prueba y error. En el inicio no van a ser rentables. Son más arriesgadas pero quizás de cara al futuro son una posición correcta”, sigue García.
Desde la plataforma eToro apuntan que hay un gran interés en C3.ai a nivel global, aunque en España además destaca Upstart Holdings. También sobresalen Nvidia, Palantir, Intel, SentinelOne –de ciberseguridad automatizada– y la tecnológica AMD. No es cosa de jóvenes, porque los mayores crecimientos se dan en inversores de más de 55 años, según un estudio propio. “Es importante tener en cuenta que las startups pueden ser más arriesgadas que una empresa consolidada y pueden tener un mayor potencial de fracaso”, alerta Pañella.
Además de invertir en ella, la inteligencia artificial sirve para gestionar carteras. “Los modelos de IA pueden conducir a una toma de decisiones más informada y basada en datos”, comenta Heloïse Greeff, especialista en inteligencia artificial y machine learning en eToro. “Permite abarcar la profundidad y amplitud de análisis que antes solo era posible con un equipo grande”. Combinada con el criterio humano, “puede ayudar a reducir el riesgo y aumenta entre un 5% y 8% las operaciones rentables”. Algo necesario ya que “la inversión en nuevas tecnologías conlleva un mayor nivel de riesgos”. Sin ir más lejos C3.ai sube más del 50% desde enero, pero ha caído un 85% en dos años. Lo mismo Palantir, que gana un 20% este año, pero está a un 77% de máximos. ¿Rebotes o tendencia a largo plazo?
Más claro está que no todos irán al alza. Así como habrá ganadores, también emergerán perdedores. Adaptarse a la inteligencia artificial es crucial en industrias como el motor, el retail, las finanzas, la movilidad o la salud. Hasta los más grandes pueden pasar apuros.