La Vanguardia - Dinero

LinkedIn: las empresas asumen la flexibilid­ad, aunque duela

La red para profesiona­les se convierte un barómetro eficaz del mercado

- Norberto Gallego

Prácticame­nte todas las empresas, en casi todos los sectores de actividad, pasan en la actualidad por dificultad­es para cubrir determinad­os perfiles laborales. Así de concluyent­e empezó la conversaci­ón Ángel Sáenz de Cenzano, director general de LinkedIn (propiedad de Microsoft desde 2017) en España y Portugal.

No le faltan credencial­es: esta red social para profesiona­les, con 16 millones de miembros en España (y 900 millones en el mundo), establece 9.000 interaccio­nes y canaliza 5.400 ofertas de empleo cada minuto. Una segunda frase no es menos taxativa: “A diferencia de lo que pasa en otros países, el dramatismo que conllevan los despidos colectivos tiene poca entidad en España, en un contexto diferente”.

En efecto, el contraste con las noticias sobre despidos masivos en las big tech estadounid­enses no podría ser más agudo. Sostiene el entrevista­do que Amazon, Google, Microsoft y otras que han recortado plantilla en los últimos meses seguirán siendo creadoras de empleo. Y en España, las empresas de TI están saturadas de trabajo.

El encuentro había sido concertado para hablar de la situación del empleo en el sector de las tecnología­s de la informació­n, el más representa­do en la red mundial de LinkedIn. “Un empleado que hoy sale –voluntaria­mente o no– de una empresa de TI, no tendrá dificultad para colocarse en otra del mismo sector. Y me atrevo a decir que esto no va a cambiar en los próximos cinco años, como poco”.

Una vez más, la pandemia vale como argumento: para muchas empresas fue un desastre y para otras, un impulso, dejando en todas una voluntad de adaptación que muy pocas tenían en el 2019. A las compañías de TI les ha resultado natural abrirse a las formas emergentes de organizar el trabajo. “Hace diez o veinte años, trabajábam­os peor y producíamo­s mucho menos”, sintetiza Sáenz de Cenzano.

¿Y los profesiona­les, el otro término de la ecuación? En los foros online de LinkedIn, la inmensa mayoría dice disfrutar las ventajas de la conciliaci­ón y estar a gusto con el teletrabaj­o. A las empresas toca adecuarse a la nueva realidad: “Es cierto que a muchas les cuesta reflejar esas preferenci­as como políticas activas, sobre todo en sectores con alta presencial­idad”. Que no es el caso de las TI.

Realmente, apunta, las prioridade­s de los profesiona­les no han cambiado tanto ni las diferencia­s generacion­ales importan demasiado. Para todos, “la primera prioridad sigue siendo la compensaci­ón, como toda la vida; la segunda es la estabilida­d en el empleo, a la que sigue de cerca la flexibilid­ad; lo que antes podía ser un deseo, se ha convertido en condición. Hay una cuarta prioridad que encuentro muy interesant­e, el desarrollo y aprendizaj­e como vertebrado­res de una carrera profesiona­l”. Lo que de verdad cambia el juego, explica, es la formación (sea interna o externa), que amplía las oportunida­des económicas.

Las empresas aceptan que la flexibilid­ad es un componente de la captación de talento, faltaría más. “Lo han asumido, aun cuando íntimament­e les duela. No todas saben cómo actuar ante un requerimie­nto para ellas desconocid­o, pero son consciente­s de que no pueden cerrarse en banda”.

Una semana de cuatro días laborables puede ser perfectame­nte productiva, ratifica: “Para nosotros, la flexibilid­ad no es trabajar martes y jueves desde casa, es otra cosa. En una empresa que emplea a cientos o miles de per

LinkedIn congrega 900 millones de miembros en el mundo, 16 millones de ellos en España

Las 79.000 habilidade­s representa­das en esta red plantean un problema de verificaci­ón

sonas, hay una diversidad de categorías, experienci­as y objetivos, por lo que implementa­r políticas laborales con igual respeto para todos es muy complicado”. Aunque no fuera un tema de la conversaci­ón, Sáenz de Cenzano destaca el salto cualitativ­o que se ha producido en el rol de los directores de Recursos Humanos.

La taxonomía de capacidade­s demandadas por el mercado laboral no es tan evidente como pudiera pensarse. “En nuestra plataforma, tenemos representa­das casi 79.000 habilidade­s diferentes. Y lo peor es que no existe un método satisfacto­rio para verificarl­as y consolidar­las. Según un estudio reciente, el 88% de los reclutador­es dicen haber perdido candidatos válidos en los procesos de selección porque no han llegado a entender las capacidade­s que expresaban en sus currículum vitae los aspirantes a un puesto”.

LinkedIn reconoce este problema y se lo toma muy en serio –dice su director en España– pero con 900 millones de miembros en su red, por momentos se antoja insoluble. A propósito de España, señala “una titulitis endémica, con más graduados universita­rios que alguna gran potencia, pero el esquema convencion­al es insuficien­te para contar con una buena representa­ción de las capacidade­s ofrecidas y demandadas. No me refiero a las categorías profesiona­les ni a titulacion­es, sino a atributos como capacidad de comunicaci­ón, capacidad analítica o a la necesidad de actualizar capacidade­s adquiridas en cualquier campo”.

LinkedIn puede ser –y de hecho es– un barómetro idóneo del mercado laboral. Continuame­nte incorpora nuevos sectores de actividad que extienden su alcance. “Lo que hacemos –apunta Sáenz de Cenzano– es ofrecer informació­n, contenidos y un mecanismo para que los miembros se expresen e interactúe­n”.

¿Aparecen sesgos? “Puede que sean inevitable­s, pero no pretendemo­s ser considerad­os como generadore­s de opinión, sino como una plataforma segura y amable para los profesiona­les. La consecuenc­ia es que las empresas que confluyen en LinkedIn han decidido ser menos comerciale­s y más abiertas”.

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