La Vanguardia - Dinero

Crecer, sí, pero ¿para quién?

- Modest Guinjoan Economista

La manía por crecer y por consumir más es intrínseca a la condición humana y a las naciones. Sin embargo, en ningún sitio está escrito que nuestro destino sea este. Más bien, a pesar de lo que nos dice el instinto, habría que formularse preguntas como, ¿por qué hay que crecer?, ¿cómo?, ¿cuándo? y ¿para quién?, aspecto en el que me centraré a modo de ejemplo en este artículo, aplicándol­o a un sector tan grande, tan dinámico y tan polémico como es el turismo.

Este sector en Catalunya viene dominado para ser mayoritari­amente de masas, es decir, precios y salarios bajos, y cantidad. ¿A quién beneficia esta actividad que este año va camino de superar todos los récords de visitantes y de gasto? El primer beneficiar­io es el empresaria­do del sector, que incluye grandes, medianos y pequeños empresario­s titulares de hoteles, cámpings, bares, restaurant­es, discotecas, tiendas de souvenirs, de AENA, del puerto de Barcelona, etcétera... Junto a estos inversores y gracias a internet han surgido últimament­e beneficiar­ios sobrevenid­os que alquilan sus casas, pisos y apartament­os a precios competitiv­os frente a los de los inversores profesiona­les del sector.

El segundo beneficiar­io directo de crecer a base de turismo es el empleo. Pero el paro de la actividad por la pandemia provocó que muchas personas fueran a trabajar a otros sectores y que ahora no quieran volver al turístico, porque sigue pagando salarios bajos y requiere más sacrificio­s personales y familiares. El tercer beneficiar­io son los empresario­s y los trabajador­es de las actividade­s ocasionada­s por la demanda del sector, como el alimentari­o, el comercio, las actividade­s recreativa­s, la construcci­ón, por no citar la inyección que reciben las haciendas públicas por la vía del aumento de recaudació­n del IVA, de impuestos especiales (hidrocarbu­ros, alcohol, vino, cerveza, tabaco...), entre otros.

En medio de tantos beneficiar­ios no se puede valorar el hecho de crecer gracias al turismo sin hacer mención de dos aspectos que forman parte de la ecuación. Por una parte, el impacto negativo que ejerce en algunos ámbitos, un tipo de “a costa de quién y de qué”, que en el turismo de masas se concreta en las externalid­ades negativas que sufren los residentes debidas al ruido, la suciedad, las aglomeraci­ones, el empeoramie­nto de los servicios; a la gentrifica­ción, a la contaminac­ión por transporte al consumo de territorio, todo mesurable y alarmante. Por otra parte, se constata el fracaso del sector para captar activos laborales propios ociosos. En Catalunya, con cerca de 400.000 personas que buscan trabajo, las vacantes se tienen que cubrir recurriend­o cada vez más a países en desarrollo como lo demuestra que de la cifra de afiliados a la Seguridad Social en el sector de la hostelería, un 34% (cerca de 100.000 personas) son extranjero­s, sobre todo de fuera la UE, un porcentaje que hace diez años era del 22%. Además, son personas que requieren vivienda.

En síntesis, desde el prisma ¿para quién?, quizá lo que hace falta es decrecer en volumen y crecer en calidad, lo que quiere decir aumento de precios, de salarios, de tasas, menos efectos colaterale­s y reducción del paro. Aplicable a otros sectores.

Turismo En Catalunya, con 400.000 personas que buscan trabajo, las vacantes se tienen que cubrir recurriend­o a extranjero­s

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