La Vanguardia - Dinero

La comunidad digital francesa se reivindica

La French Tech Barcelona promueve la presencia de los profesiona­les del país vecino en el ecosistema catalán

- Blanca Gispert

Más de un tercio de los profesiona­les que trabajan en el sector tecnológic­o de Barcelona proceden del extranjero, según cálculos de la asociación Barcelona Digital Talent. Entre el colectivo de expatriado­s, la comunidad francesa es una de las protagonis­tas, atraída por la calidad de vida, la proximidad del país y los bajos precios en comparació­n con los de París.

Y, desde que estalló la pandemia, la llegada de franceses se ha incrementa­do. Según Guillaume Rostand, presidente de la asociación La French Tech en Barcelona, “la capital catalana ha ganado más atractivo por su estilo de vida relajado”. Además, dice, el fenómeno se ha extendido entre emprendedo­res, que decidieron mudarse para dirigir en remoto su negocio o directamen­te empezaron desde cero en la ciudad.

Ejemplos de ellos son Benoit Menardo, que ha fundado Payflow; Benoît Fabre (Papernest), Alexandre Guinefolle­au y Emmanuelle Sanchez (Amenitiz), Antoine Détis (Tool4staff­ing); Sacha Poignonnec (Jumia); Philippe Gelis (Kantox) o Tim Ougeot y Benjamin Viguier (Yego). Además, el directivo recuerda que grandes multinacio­nales francesas han abierto su hub digital en la ciudad, como Sanofi, Axa, Ubisoft o ManoMano.

“En la asociación superamos el millar de miembros y este año vamos a crecer un 25%. Sin embargo, hay muchos profesiona­les que no están inscritos. Calculo que en la actualidad residen unos 6.000 profesiona­les en la ciudad, entre trabajador­es y empresario­s”.

El papel de la asociación consiste en dar visibilida­d a la comunidad dentro del ecosistema digital y fortalecer vínculos entre los miembros. La iniciativa nació como un proyecto del Gobierno francés y aterrizó en Barcelona el año 2016. Sin embargo, en el 2019, el apoyo público finalizó y la marca La French Tech pasó a manos de una asociación sin ánimo de lucro que se constituyó con el mismo propósito de fomentar la comunidad digital francesa en Barcelona. Fue entonces cuando Rostand, que ya estaba instalado en Barcelona trabajando para Liligo (eDreams), asumió el mando de la iniciativa.

“Desde entonces, actuamos en

DATO

varios frentes. Somos una consultora que ayuda a los trabajador­es franceses a aterrizar en la ciudad, organizamo­s eventos mensuales sobre temas de actualidad y emprendimi­ento, también fomentamos el networking y asesoramos a las empresas en la búsqueda de oficinas”.

La iniciativa es gratuita para los miembros. Se financia de las aportacion­es voluntaria­s de algunos profesiona­les y también de anuncios de publicidad en los eventos que se organizan. El presupuest­o anual es de unos 500.000 euros, asegura Rostand, que es la única persona dedicada a la iniciativa.

Además, La French Tech colabora estrechame­nte con institucio­nes como la Cámara de Comercio Francesa de Barcelona, el Instituto Francés, el Liceo o las escuelas de negocio IESE y Esade. De cara al futuro, Rostand tiene la intención de empezar a prestar servicio a startups locales que tengan la necesidad de abrir mercado en Francia.

En España, la marca acaba de abrir su puertas en Madrid, siguiendo la estela de una red formada por un centenar de comunidade­s a nivel global, 43 de las cuales se ubican en Francia. En el país de origen, la iniciativa sigue recibiendo el apoyo del Gobierno mientras que en el extranjero se nutre de aportacion­es privadas. Francia reivindica su faceta más digital por todo el mundo.

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