Coleccionistas
Cuando el MoMA de Nueva York programó a una de las grandes performers, Marina Abramović, lo hizo bajo el título The artist is present: una declaración de intenciones que propugnaba no solo que la artista estaría presencialmente en las salas del museo el tiempo que duraba su exposición, sino que la centralidad del museo debía pivotar sobre la figura del creador. En este sentido, cuando el pasado fin de semana las galerías de la Associació Art Barcelona quisieron reforzar los puentes de colaboración con los coleccionistas de la ciudad, poniendo su mirada en el centro de los espacios expositivos, lo hicieron bajo el enunciado The collector is present, ahondando en la necesaria complicidad que deben establecer unos y otros. Cada galería escogió su formato, unos programaron charlas entre artistas y coleccionistas, otros les pidieron a estos que intervinieran en sus salas por unos días, e incluso que se implicaran activamente en la programación. En muchos casos les solicitaron que hicieran visitas comentadas compartiendo su particular mirada de acercarse al arte y, sobre todo, de coleccionarlo.
Una cena informal en CaixaForum bajo la batuta del Barcelona Gallery Weekend daba el pistoletazo de salida a este proyecto que, a juzgar por el buen ambiente, diría que los objetivos se cumplieron sobradamente. Son momentos de cambios y el futuro, con todos los retos que ahora mismo está planteando la inteligencia artificial, parece más abierto e incierto que nunca. Por el contrario, el tradicional