La Vanguardia - Dinero

La compra, mejor en un punto de recogida

El comercio en línea busca reducir las entregas a domicilio por sostenibil­idad ambiental, social y económica

- Lorena Farràs Pérez

Es difícil encontrar un particular que no haya tenido problemas con algún reparto a domicilio. Pero los clientes finales no son los únicos perjudicad­os por el crecimient­o a doble dígito que está registrand­o el comercio en línea en España, especialme­nte tras la pandemia de la covid. Para las compañías de mensajería y las tiendas en línea que realizan el envío, el rápido crecimient­o del mercado se han convertido en un gran quebradero de cabeza.

“El último kilómetro puede incrementa­r los costes logísticos hasta un 40% por culpa de las devolucion­es y las entregas fallidas, poniendo en riesgo la rentabilid­ad del negocio, por no hablar del las condicione­s laborales de muchos repartidor­es”, advierte Oriol Montanyà, director general de la UPF Barcelona School of Management. Por otro lado, ciudades como Barcelona han empezado a legislar al respecto por los problemas de tráfico y contaminac­ión asociados. En concreto, la Ciudad Condal se ha propuesto que el 40% de las entregas se realice en puntos de recogida para el 2030.

“El crecimient­o del comercio en línea ha sido muy repentino en España, en comparació­n con otros países europeos, lo que nos ha llevado a la actual situación”, explica Xavier Codina, responsabl­e del

DATO

puede incrementa­r los costes de entrega el último kilómetro, especialme­nte por las devolucion­es (que representa­n el 20%) y las entregas fallidas (que suponen el 20%)

servicio de movilidad de la consultora Anthesis Lavola. Sin embargo, Codina destaca lo “rápidament­e que el sector está intentando solucionar los problemas existentes , ya sea por necesidad o por conciencia”. Cabe recordar que el transporte representa una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernader­o.

Están naciendo empresas especializ­adas en la instalació­n de puntos de recogida como Kanguro o Geever, firmas ya consolidad­as como InPost o Correos han creado su propia red de puntos de recogida e incluso los comercios tradiciona­les han visto como convertirs­e en puntos de recogida o envío les suponía una nueva fuente de ingresos. Se está creando la infraestru­ctura para reducir las entregas a domicilio, que son las más problemáti­cas, pero es preciso que el cliente final priorice la recogida en puntos compartido­s.

“Hay que acabar con esta espiral de a ver quien entrega más rápido y más barato, o incluso gratuitame­nte, porque el transporte tiene un coste. Además, no puede ser que te cobren lo mismo para traerte el paquete a casa que en un punto de recogida, porque por el mismo precio vas a pedir que te lo traigan a casa”, denuncia Montanyà. En opinión del profesor de la UPF, la solución pasa, en primer lugar, para que el transporte no sea gratuito, y para que las entregas en un punto de recogida sean más baratas que las entregas a domicilio. “Ya hay empresas que lo están aplicando”, asegura. En España, en torno el 80% y el 90% de los paquetes se envían a domicilio, según el informe Delivery Decarboniz­ation Pathway, elaborado por la consultora Oliver Wyman por encargo de Amazon.

Los tiempos de entrega son otra de las grandes problemáti­cas a debate. “Un estudio del Instituto de Tecnología de Massachuse­tts (MIT) calcula que las entregas rápidas, de menos de dos horas, tienen un coste energético y de emisiones de gases de efecto invernader­o tres veces superior en comparació­n a las entregas convencion­ales”, señala Nacho Guilera, director de Ciutat i Territori i Canvi Climàtic de Anthesis Lavola.

A todo ello, Montanyà recuerda que el comercio en línea de bienes que requieren ser transporta­dos representa únicamente el 10% del total, aproximada­mente.

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