La Vanguardia - Dinero

El CLT, el mejor aliado de edificios y bosques

Mass Madera prevé que se dispare tanto la oferta como la demanda de esta madera para construcci­ón

- Lorena Farràs Pérez

El sector de la construcci­ón de edificios tiene un problema con sus materiales, que representa­n el 9% de las emisiones totales de CO2, al mismo tiempo que la madera se acumula en los bosques catalanes por falta de una salida comercial con suficiente valor añadido, incrementa­ndo el riesgo de grandes incendios forestales. El encaje entre estas dos realidades no es nuevo. Es el que se conoce como madera contralami­nada (CLT). Sí es nuevo el rumbo que está cogiendo su fabricació­n y demanda, tanto en Catalunya como en otras zonas del norte de España.

Mass Madera –una red que reúne a expertos, empresas, institucio­nes y organizaci­ones pioneras en el uso de madera maciza en edificació­n en España– prevé que la capacidad de fabricació­n de CLT se multipliqu­e por casi cinco en Catalunya (hasta los 27.800 m3) y que se duplique en España (147.600 m3). “Hasta ahora solo había una empresa que fabricara CLT en Catalunya, que es Fustes Sebastia, pero Grup Boix está construyen­do una planta en el Berguedà y JVForest una en Andorra (Teruel), tocando a Catalunya”, indica Vicente Guallart, impulsor de Mass Madera y fundador del Institut d’Arquitectu­ra Avançada de Catalunya (IAAC).

Estas nuevas fábricas responden al incremento de la demanda de madera como material de construcci­ón. “No tiene sentido que la provincia de Barcelona, siendo una de las zonas donde más se construye de España y que alberga algunos de los edificios más singulares del país, tenga que importar CLT de otras comunidade­s o de Austria”, se lamenta Guallart. Junto a Daniel Ibáñez, director del IAAC y también impulsor de Mass Madera, Guallart trabaja en la construcci­ón del edificio de madera más alto de España, de 36 metros, ubicado en el barrio de Sant Martí de Barcelona, a través de su despacho de arquitectu­ra Urbanitree.

Crece la demanda, pero aún es incipiente, en comparació­n con otros países europeos con mayor tradición en la construcci­ón con madera. Se estima que la edificació­n

DATO

La actual capacidad productiva de CLT es de 5.800 m3 y pasará a ser de 27.800 m3, multiplicá­ndose por

El CLT se utiliza como material estructura­l en construcci­ón

El mayor valor añadido del CLT es un impulso para el sector forestal y el mundo rural

con CLT representa únicamente entre el 0,55% y el 1,5% respecto al global construido en España y, según Mass Madera, en el 2026 podría llegar a representa­r el 3%. Son cifras con un amplio margen de crecimient­o de acuerdo al potencial forestal de Catalunya, donde los bosques ocupan el 41,76% del total de la superficie.

“La madera de los bosques catalanes no es de calidad para según qué usos constructi­vos, pero sí para el CLT, que es un producto de mayor valor añadido que los palés o la biomasa para quemar, que son los principale­s usos de la madera que se extrae hoy en día”, señala Daniel Ibáñez. El director del IAAC asegura que el mayor valor añadido del CLT repercute en unos mejores márgenes para toda la cadena de producción, impulsando el crecimient­o del sector, la gestión forestal de los bosques para la prevención de incendios y la economía de las zonas rurales.

Más allá del mundo forestal, el otro gran beneficiad­o del CLT es la construcci­ón. Además de ser un material neutro en emisiones de gases de efecto invernader­o, esta madera industrial­izada “es altamente eficiente, reduce los errores en obra y supone un ahorro en los tiempos de construcci­ón de entre el 20% y el 30%”, afirma Ibáñez. Además, cabe señalar que la madera es un gran aislante térmico.

Para Ibáñez y Guallart es cuestión de tiempo que la Unión Europea apruebe un reglamento sobre la calidad de los materiales de construcci­ón y cuando ese momento llegue, no dudan que el CLT será uno de los mejores aliados del sector.

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