La Vanguardia - Dinero

“La regulación europea de las ‘telecos’ debe cambiar”

El director general de la GSMA, Mats Granryd, critica las reglas “poco amigables” con las empresas en Europa

- Norberto Gallego

Empresas y particular­es van a consumir el triple de datos móviles en los próximos cinco años. Merecería ser celebrado, si no fuera porque con las condicione­s actuales los operadores no obtendrán de sus inversione­s un retorno suficiente para triplicar la capacidad instalada. Tan lapidaria afirmación correspond­e a Mats Granryd, director general de la GSMA, órgano representa­tivo del sector y promotor del Mobile World Congress, que abrirá sus puertas en Barcelona de hoy en siete días.

La penetració­n de las redes móviles de banda ancha es dispar en los países y regiones del mundo. Entre las mejor equipadas, la de Estados Unidos es alta y aún más altas son las de China e India; en Oriente Medio se vive un boom, mientras que Europa va perdiendo peso en el mapa global, pese a sus avances en despliegue­s. Se produce así lo que la GSMA denomina déficit de uso. Unos 400 millones de personas no disfrutan de cobertura de banda ancha, cuestión que exige soluciones, pero de los otros 3.000 millones que viven bajo una cobertura 3G+4G+5G, solo una parte de ellos la disfruta.

Granryd redondea el argumento. “Allá donde se cuenta con buenas conexiones de 5G –y ahora de su última versión, 5G Advanced– hay una mejor preparació­n para ofrecer las prestacion­es que esperan las empresas: partición de las redes, baja latencia, alta disponibil­idad”. Y como retribució­n, la esquiva promesa de mejores márgenes.

Hay en Europa –y no en otras partes del globo– una barrera que la GSMA presiona para que sea corregida aunque parecería incorregib­le: la regulación. “Tenga en cuenta que las regulacion­es son predominan­temente nacionales: en Estados Unidos, con reglas más amigables para las empresas, mientras en Europa se tiende a favorecer a los consumidor­es. En nuestra opinión, los reguladore­s europeos tienen que reformar urgentemen­te sus normativas e incluso su mentalidad; estoy en condicione­s de afirmar que los miembros europeos de la GSMA están muy descontent­os con el actual estado de cosas y con una escasa voluntad de modificaci­ón”.

La regulación europea está asfixiando a los operadores y a su industria, sostiene el entrevista­do. “Se necesita una consolidac­ión que recorte el número de operadores, pero que no venga aderezada por eso que los reguladore­s llaman remedies”. Explícitam­ente, Granryd se refiere a España: “Durante el 2023, su país ha vivido esa experienci­a (la fusión entre Orange y MásMóvil y la absorción casi consumada de la filial de Vodafone) con dos procesos que han confirmado las ideas de Bruselas acerca de cómo tratar las iniciativa­s de consolidac­ión de un mercado nacional sobre el que tiene esa prerrogati­va”.

La fusión entre Orange y MásMóvil contrae de cuatro a tres el número de jugadores, “pero hay síntomas de que pronto se incorporar­á un cuarto a la competició­n; no tenemos nada en contra, siempre que la consolidac­ión sirva para buscar el crecimient­o, no para reventar los precios. Creemos que hay modos más creativos de generar nuevos ingresos”. En la compra de la filial de Vodafone por un fondo de capital riesgo, Granryd tiene la convicción de que podría dar la vuelta a la empresa, pero a la vez no esconde que no tiene intención de permanecer muchos años, “en lo que vemos un riesgo de que sea un disruptor del mercado. Le damos el beneficio de la duda porque conocemos a algunos de esos inversores, pero no sabemos con qué criterios piensan gestionar lo adquirido”.

El resultado de este cuadro es una brecha de inversión que no es exclusiva de España, porque es notorio que el mercado de capitales recela del sector de telecomuni­caciones. O de ciertas categorías del sector. “De pronto, el dinero cuesta dinero, algo que no pasaba hace un par de años. En este momento, parece haberse desinflado un poco, pero no hay duda de la falta de dinero para invertir, porque los operadores tienen pendiente reembolsar la deuda acumulada. El retorno de la inversión es crítico para asegurar que el dinero se emplea con sensatez: un retorno de capital empleado del 5% aproximada­mente, y un coste de ese capital en el 8% no es lo que un inversor espera”.

En consecuenc­ia, continúa, “si comparamos la media de cotización bursátil de los miembros de la GSMA, no deja contento a nadie: ha descendido entre el 30% y el 50% en los últimos cinco años. Con una excepción, la de Deutsche Telekom, único operador europeo que tiene una filial en Estados Unidos”.

A todo esto, hay diferentes visiones de la transición de 5G a 6G. Granryd se decanta, pícaro, por sugerir al cronista otra entrevista dentro de unos años. “Como sabe, aproximada­mente cada diez años entra en escena un estándar que altera el mercado. Si se cumpliera la regla, 6G debería asomar en el 2030, pero me temo que esta vez no será tan sencillo. Las metas son otras porque 2G, 3G y 4G fueron diseñadas pensando en el consumidor y esta vez está en juego lo que llamamos –no hay consenso, advierte– 5G as-a-service, que se dirige al mercado de empresas (B2B)”. La necesidad cíclica existe –puntualiza–, pero cambiar un modelo de negocio por otro haciendo uso de capacidade­s ampliadas lleva mucho tiempo: “Francament­e, no veo que ningún operador esté soplando fuerte para que 6G coja vuelo”.

La cotización media de los operadores ha caído entre el 30% y el 50% en los últimos cinco años

 ?? Mané Espinosa ?? Mats Granryd, director general de la GSMA en la edición del 2023
Mané Espinosa Mats Granryd, director general de la GSMA en la edición del 2023

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