¿Está Catalunya en decadencia?
Barcelona sigue sin rumbo claro, las empresas no están por la labor de volver, este discurso autoritario tanto con las empresas como con las cuestiones lingüísticas no ayuda y nuestra fiscalidad tampoco incentiva.
El enredo político no hace más que crecer, sin hablar del debilitamiento institucional. La fractura social no disminuye, ¿realmente sirven las medidas del Gobierno?
Nuestro mundo se mueve. ¿Cuál será el próximo susto en Europa?
Guerra de Ucrania, guerra en Gaza; ¿qué vendrá después?, ¿sucederá un conflicto en Taiwán o alguna otra parte del mundo? ¿Hacia dónde nos lleva el nuevo orden mundial? ¿Cómo integrar la inteligencia artificial en el sistema productivo actual?
Sin hablar de los riesgos de una economía inestable, endeudada y que ha entendido que la palabra inflación no hay que borrarla del diccionario, y además enfrentada a una crisis energética. Sin olvidar la sostenibilidad medioambiental.
Nos enfrentamos a enormes retos económicos, sociales y políticos, donde más que nunca necesitamos instituciones catalanas fuertes y con voz. Instituciones independientes, y con valentía para abordar las transformaciones de nuestra sociedad, los retos de nuestra economía, cada vez más sujeta a elementos exteriores. Y también es imprescindible contrarrestar las injerencias políticas que cada vez más las condicionan.
Instituciones para razonar y estructurar un modelo y una visión del país, desde el encuentro y el debate de la sociedad civil y empresarial, un modelo y una referencia del pensamiento en Catalunya, para analizar y redefinir aquellos aspectos que son claves en el mundo del siglo XXI.
Que recojan la diversidad de Catalunya, trascendiendo lo social desde la economía, que reúnan el pensamiento, al empresariado y a la sociedad civil.
Que emitan reflexiones, opiniones y propuestas claras, propias, no condicionadas al color político, y sin miedo a las críticas, que tengan presencia en Europa y que nos lleven a ser referencia en el Mediterráneo norte y sur.
Que nos abra a toda España y no solo a Madrid, y que peleen por la competitividad de nuestra economía. Estamos haciendo frente a un gran gasto público, pero hay que intentar que las modificaciones impositivas no nos hagan perder todavía más competitividad.
Tanto Foment a través de su think tank como el Círculo Ecuestre están haciendo un gran trabajo en este sentido, estamos expectantes sobre qué hará la Cambra de Barcelona en su nueva etapa, pero nos falta una institución independiente y global que nos represente y vaya más allá de intereses partidarios.
Coyuntura
Tenemos enormes retos económicos, sociales y políticos, y necesitamos instituciones catalanas fuertes y con voz