Arco homologa
Hoy ha cerrado una edición más de la feria ArcoMadrid. Y ya van 43. En un entorno tan competitivo como el de las ferias de arte, nadie podrá negar el empeño de la capital española y de toda su comunidad artística en posicionar una feria internacional que ha sabido encontrar su justa medida entre lo comercial y lo promocional. Albergar más de 200 galerías de 36 países distintos, de las cuales dos tercios vienen del extranjero, para mostrar el mejor arte, desde vanguardias históricas hasta el más emergente, es una tarea que Arco consigue reiteradamente.
Claro que ha sufrido vaivenes, pues en todos estos años ha habido ediciones con entornos muy duros. El mercado del arte es ciclotímico y va muy ligado a la evolución de la economía.
Hacer una crónica de la feria año tras año no es complicado. La misma organización se encarga de que cada edición tenga particularidades que la hacen única. Más allá del programa general y sus cientos de nuevas propuestas, hay secciones comisariadas, sea por una zona (el Caribe este año), sea por nuevas galerías que aportan miradas inesperadas. Por no hablar de los programas de coleccionistas, los premios A o el foro de museos. Y aunque uno pueda creer que la feria es casi la misma y evoluciona poco, cuando se mira con detalle te das cuenta de que hay una resignificación de sus contenidos en cada edición ligada al contexto social. Más allá de afirmar que la feria ha tenido un papel crucial en estructurar todo el sistema del arte contemporáneo español, me gustaría
Alvear, es de las que han marcado esta edición de ArcoMadrid
detenerme en un aspecto que hoy es crucial para entender el papel de las ferias, y muy especialmente el que ha tenido Arco en España: su función homologadora de las galerías. Los estrictos comités de selección de las ferias hacen un análisis pormenorizado de todas las solicitudes de participación de las galerías. Y si bien pudiera parecer que sus comités organizadores priorizan vender metros cuadrados, en realidad, trabajan sobre la lógica de alinear calidad de las galerías, las mejores propuestas artísticas que proponen y espacio disponible, con el fin de conseguir la mejor feria posible. Lo que desemboca en la máxima: “Dime en qué ferias participas y te diré qué tipo de galería eres y qué nivel tienes”. Algo fundamental hoy para poder leer, en entornos tan complejos, la profesionalidad y el interés de cada galería. Y participar en Arco, hay que reconocerlo, te homologa como una galería que juega en las primeras categorías de este sector.