La UE confisca parte de los ahorros de los chipriotas
A cambio del rescate de 10.000 millones, se incauta del 6,75% al 9,99% de los depósitos
El Gobierno español advierte que es un caso “no extrapolable” a otros países
La zona euro rompió ayer un delicado tabú al obligar a Chipre a confiscar hasta un 10% de los ahorros depositados en las cuentas bancarias del país para contribuir a su propio rescate.
Es la primera vez en la breve pero azarosa historia del euro que un Estado evita la quiebra echando mano de los ahorros de los ciudadanos, en teoría garantizados por ley hasta los 100.000 euros. Fue la única manera de que el Eurogrupo, la pasada madrugada, accediera a rescatar el país con un préstamo de 10.000 millones de euros.
Los chipriotas se despertaron ayer con la noticia de que quienes tengan más de 100.000 euros en una cuenta bancaria en el país se les extraerá un 9,99% de la cantidad depositada. Los ahorros por debajo de esa cantidad tampoco se libran y sufrirán una pérdida del 6,75%. La argucia legal ideada por la zona euro para confiscar estas cantidades a los ahorradores sin –aseguran– violar la garantía de depósitos del 100% de los ahorros por debajo de 100.000 euros ha sido gravarlos con una “tasa excepcional”.
Para evitar una fuga de depósitos el Gobierno activó ayer un corralito parcial para congelar la cantidad que cada cuenta bancaria verá descontada el próximo martes, cuando abran los bancos. El lunes es festivo en la isla y las transacciones electrónicas han sido suspendidas durante el fin de semana, antes incluso de que el Parlamento apruebe la medida.
¿Por qué se ha hecho ahora en Chipre y no antes en Grecia, Irlanda, Portugal o España, los otros países que han recibido asistencia financiera en la zona euro? La “situación especial” en que se encuentra la isla fue el eufemismo utilizado por Jeroen Dijsselbloem, presidente del Euro- grupo, para explicarlo. En resumen, tener un sector financiero más de cinco veces superior al PIB del país y que gran parte de esos depósitos bancarios tengan origen dudoso y apellidos rusos.
Fue a raíz de los problemas financieros de la isla, tocada a su vez por la crisis de Grecia, cuando la zona euro abrió los ojos a la laxa política del país sobre blanqueo de capitales, una circunstancia que explica el abundante flujo de capitales llegado de Rusia en los últimos años y el rechazo de Alemania en particular a movilizar dinero europeo para rescatar, entre otros, a oligarcas rusos.
La alternativa para hacer pagar a los inversores extranjeros los pecados de los bancos chipriotas ha sido no distinguir y pasar parte de la factura a los ahorradores convencionales chipriotas con una tasa que, les dicen a modo de consuelo, es una solución coyuntural y única. “Parece justo pedir una contribución a la estabilidad financiera de Chipre a todos los titulares de cuentas”, planteó Dijsselbloem. Numerosos analistas internacionales expresaron ayer su temor a que esta medida provoque una fuga de depósitos del sur al norte de Europa, hacia países que se perciban como más seguros para esquivar el riesgo de verse en una situación similar a la de los ahorradores chipriotas.
El Banco Central Europeo respaldó ayer la decisión, había advertido contra alternativas que consideraba más peligrosas, como una reestructuración de los bonos de deuda chipriota (se dijo que Grecia era un caso único) o una quita directa sobre los depósitos. “La tasa es un instrumento adecuado, hecho a medida para la situación de Chipre”, defendió Jörg Asmussen, miembro de su consejo ejecutivo. defendiendo que se haya hecho contribuir a los no residentes. Asmussen advirtió que el Banco de Chipre tiene un plan de contingencia y vigilará los flujos de capitales.
El Gobierno español respaldó el acuerdo para el rescate de Chipre, que considera un caso especial “no extrapolable a ningún otro país”, explicaron fuentes del Ministerio de Economía.
Se calcula que la tasa sobre los depósitos, junto con una nueva retención fiscal sobre los intereses bancarios hasta ahora inexistente, permitirá a Chipre recaudar unos 5.800 millones. Sumados a los 10.000 millones que la zona euro se ha comprometido a prestar a Nicosia y a lo que se es- pera que le preste Moscú, se espera llegar a la cifra de 17.500 millones que se calcula que la isla necesita para rescatar a sus bancos (unos 10.000 millones) y al Estado (unos 7.000 millones).
Esa cantidad equivale al 100% del PIB de la isla y según el Eurogrupo habría puesto al país en una posición insostenible para devolver sus deudas, de ahí la necesidad de recurrir a los depósitos para rebajar la factura del rescate y repartir la carga entre chipriotas e inversores no residentes.
Chipre pagará caro su ambición de convertirse en un centro financiero. Además de imponer
nuevas tasas bancarias e imponer pérdidas a los bonistas júnior de sus bancos, deberá subir del 10 al 12,5% su impuesto de sociedades, reducir sensiblemente el tamaño de su sector financiero y seguir las recomendaciones de la troika para reformar su economía y reducir el déficit. El nuevo Gobierno chipriota, que sucedió en febrero al dirigido por el comunista Dimitris Christofias, ha accedido también a poner en marcha un plan de privatizaciones.
El ministro de Finanzas chipriota, Michalis Sarris, aseguró ayer que fue “una decisión muy difícil”, pero defendió que la tasa bancaria evitará recortes en los salarios de los funcionarios y las pensiones. “Se habría perdido más dinero si quebraran los bancos o el Estado”. Gobierno y oposición se reunieron anoche para discutir la situación. Se espera que el Parlamento vote la tasa hoy o mañana. Fuentes diplomáticas chipriotas definen la situación interna como “muy frágil”.