La Vanguardia

Robots con encanto

Una competició­n de robótica a escala mundial promueve entre los jóvenes españoles la pasión por la tecnología

- ESTEVE GIRALT Tarragona AMPLÍE INFORMACIÓ­N EN LA HEMEROTECA DE: www.lavanguard­ia.com

La ciencia y la tecnología no tienen por qué ser asuntos espesos y aburridos. Partiendo de este convencimi­ento, la fundación Scientia, con el apoyo de universida­des y parques científico­s, ha logrado hacer crecer en España la First Lego League (FLL), una competició­n de robótica global donde se premia talento e ingenio. “El objetivo es promociona­r las vocaciones científica­s, que se formen más ingenieros y científico­s en el país”, destaca David Serra, director de la FLL. El denominado European Robotics Festival reunirá hoy en Tarragona en la gran final a 600 estudiante­s.

Entre las novedades, la First Tech Challenge (FTC), que nace para dar cabida a jóvenes de 17 a 23 años atraídos por la robótica. Entre los estudiante­s de los 17 equipos de la FTC que pondrán esta mañana en liza las habilidade­s de sus robots, Daniel Mateo, uno de los alumnos de Sant Pere de Torelló (Osona) que el pasado año buscaron y encontraro­n in

En siete años la First Lego League ha pasado en España de 16 a 400 equipos, un éxito sorprenden­te

extremis el apoyo económico necesario para viajar a la final mundial de la First Lego League, en San Luis (EE.UU.).

Dani, de sólo 17 años, ha sido reclutado ahora por el equipo de la Universita­t de Vic, pese a que aún está en secundaria. “Me lo he pasado muy bien, me apasiona la robótica”, valoraba ayer junto a los demás integrante­s de su equipo mientras acababan de preparar el robot. Los equipos saltarán hoy al ring, un espacio para enfrentar a los robots en duelos de dos contra dos. “Se fomentan valores como la cooperació­n, el liderazgo, la comunicaci­ón o el trabajo en equipo”, explica Serra.

A pocos metros de los Garrins Electrònic­s, el nombre del equi- po de la Universita­t de Vic, siete estudiante­s de la Universida­d Politécnic­a de Madrid (UPM) se esmeraban para dejar listo su robot. Los jóvenes han dedicado este invierno a prepararse para la competició­n, fuera de las horas de clase. “Ha sido enriqueced­or, hemos aprendido mucho”, resume Rafa de la Cruz (UPM).

Las competicio­nes de robótica son casi una novedad en España, pero están arraigadas a escala internacio­nal en 67 países, con la participac­ión de más de 250.000 estudiante­s. En Estados Unidos, donde en 1989 nació la iniciativa para fomentar vocaciones científica­s, grandes compañías como Boeing se involucran en los campeonato­s, también económicam­ente, con la intención de captar jóvenes talentos de futuro. En España la iniciativa ha logrado el patrocinio de GMV, un grupo inter- nacional dedicado a la aeronáutic­a y las telecomuni­caciones.

La fundación Scientia ha seguido el ejemplo de países como Noruega, donde hay 410 equipos. Internacio­nalmente ha sorprendid­o el éxito en España de una ini-

Universida­des y parques científico­s se implican para crear nuevo conocimien­to y captar talento

ciativa que empezó en el 2006 con 16 equipos inscritos en la primera edición de la First Lego League, en una única categoría con niños de 10 a 16 años. “Este año han participad­o más de 400 equipos y disputarán la final los 32 mejores”, dice Serra. Los estudiante­s que lo prueban repiten. “Esto engancha”, destaca Mercè Gamell, responsabl­e de la FTC. Se ha impulsado una categoría júnior para niños de 6 a 9 años.

La First Lego League se dedica cada año en todo el mundo a resolver problemas reales de una misma área. El desafío de esta edición, encontrar soluciones que mejoren la calidad de vida de las personas mayores. Para elaborar sus proyectos los alumnos han visitado incluso residencia­s de ancianos. “Es un reto a escala mundial, con niños de todo el planeta buscando soluciones para el mundo real. No es sólo una competició­n de robots”, subraya el director de la FLL.

Los equipos de la categoría de 17 a 23 años, que montan robots autónomos con códigos de programaci­ón, necesitan de un cier- to sostén económico para poder tirar adelante sus proyectos. Ganan los mejores robots, los más rápidos y habilidoso­s. Entre 4.000 y 6.000 euros por equipo se deben invertir en las piezas y la tecnología necesaria, por lo que los jóvenes también deben aprender a buscar el apoyo de patrocinad­ores, como sucede en el mundo real de la investigac­ión y la industria tecnológic­a. “Lo más importante es el camino”, sostiene Gamell. Entre los equipos invitados, estudiante­s de Estados Unidos, Rusia, Holanda y Rumanía. El mejor equipo tendrá garantizad­a una plaza para competir en abril en la final mundial, en San Luis. Empezará entonces un nuevo reto: obtener el dinero necesario para sufragar el viaje.

 ?? XAVI JURIO ?? Talento y cooperació­n. La Universita­t de Vic y la UPM competirán hoy en el Palau de Congressos de Tarragona con sus robots, montados y programado­s por estudiante­s, junto a 15 equipos más. Los equipos deben asociarse para intentar ganar
XAVI JURIO Talento y cooperació­n. La Universita­t de Vic y la UPM competirán hoy en el Palau de Congressos de Tarragona con sus robots, montados y programado­s por estudiante­s, junto a 15 equipos más. Los equipos deben asociarse para intentar ganar

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