Carla Bruni llama pingüino a Hollande
La ex primera dama critica al actual presidente francés en una canción
NEn una entrevista, la intérprete alega que el tema de su disco se refiere a los maleducados
o son, por cierto, modales versallescos: la ex primera dama, Carla Bruni, nuevamente cantautora, se venga, canción mediante, del desaire infligido –a ella, pero sobre todo a Raymond–, por el pingüino. Y encima, se trata de un corte del disco que saldrá el 1 de abril, ese día que para los franceses equivale al 28 de diciembre en España, el de los Inocentes.
Traducción: Raymond, lo desvela otra canción, es Nicolas Sarkozy, marido de la intérprete. El pingüino, François Hollande, culpable de haber omitido acompañar hasta el coche, el día de la transmisión de la presidencia, a la pareja saliente.
Claro que todo depende del color del cristal... político: en su sección política, precisamente, Le Figaro, matutino de oposición, dedica una página entera (“Cuando Carla Bruni canturrea la canción del Pingüino”, así, con mayúsculas) a la historia. El subtítulo es más rotundo: “Sin nombrarlo, la ex primera dama trata a François Hollande de pingüino, en su próximo disco”.
En cambio, Libération, más a la izquierda, prefiere preguntar “¿quién es el pingüino cantado por Carla Bruni?”, en un modesto cuarto de columna y en páginas de Sociedad.
Por lo que ha trascendido, según la cantante de la voz tenue y las letras fuertes, el famoso pájaro caradriforme “no es feo ni es guapo / el pingüino / no es alto ni es bajo: / ni frío ni calor / El pingüino: ni si ni no”.
Por ahí van los tiros: durante la campaña electoral la derecha había bautizado a Hollande “el señor ni si ni no”.
Interrogada por el semanario Le Nouvel Observateur, Bruni alega que su canción se refiere, genéricamente, a los mal educados. “La cortesía es una gracia y no perdono a quienes carecen de ella. Hay quienes piensen que me refiero a los periodistas y tampoco es verdad”.
Ambigüedad del personaje, pero no de la canción: “Te conozco, pingüino / a pesar de tus aires de soberano / tus modales no son los de un príncipe”. Y, amenazante: “si un día / te cruzas de nuevo en mi camino / a besarme la mano/ te enseñaré, pingüino”.
Todo esto, además, justo cuando la justicia europea desautoriza a la francesa, que había condenado a un manifestante por enseñar, al entonces presidente Sarkozy, el 6 de noviembre del 2008, un cartel que decía algo así como “esfúmate, imbécil”. Es decir, la frase con la que el propio jefe del Estado, nueve meses antes, agredió a un agricultor que se negó a estrecharle la mano. Sea quien sea el pingüino, razón lleva la cantante: los modales no son ya lo que eran.