Los bostezos dieron paso a la goleada
El Madrid sestea en la primera parte y remonta en la segunda
El Madrid volvió a arreglar en la segunda parte lo que estropeó en la primera, una tendencia que un día acabará por darle un disgusto serio. La victoria ante el Mallorca permite a los de Mourinho mantener la segunda plaza y mete en problemas al cuadro balear que venía de dos victorias consecutivas.
Cada vez que Mou hace experimentos el equipo se resiente. Se diría que no tiene más remedio pues ha de aprovechar que la Liga ya no tiene gran importancia para dar descansos a futbolistas muy machacados, como Khedira, Xabi Alonso u Özil. A los tres dejó ayer en el banquillo con lo que improvisó un centro del campo con Pepe y Modric. El portugués no fue Khedira y el rendimiento del croata baja en picado cuando juega lejos de la zona de peligro. Lo suyo no es elaborar el juego sino merodear por el balcón del área, como se demostró en Manchester. A su mal juego el Madrid unió además una peor defensa, lo que sí es novedad. La pareja de centrales, Ramos y Varane, falló por el lado del sevillano, poco atento a cubrir los centros laterales colgados sobre el área de Diego López. Por esa vía aérea marcó sus dos goles el Mallorca, dos cabezazos en los que ni Nsue ni Alfaro encontraron la réplica de ningún marcador.
Más entretenido que bien jugado, el partido fue durante el primer tiempo un sinvivir para el madridismo, sólo condescendiente con los suyos porque no había nada en juego. Y aún así hubo un asomo de pitada al filo del descanso, cuando se vio que su equipo parecía tener la tarde negada. Kaká fue el receptor de la mayoría de los silbidos porque volvió a su papel de exfutbolista, ese que no acaba de quitarse de encima. Pero tampoco fue demasiado justo el Bernabeu porque ninguno de sus compañeros había estado bien, ni siquiera Cristiano, que estuvo precipitado y fallón. Los goles vinieron muy pronto. Marcó Nsue, empató Higuaín y ante el asombro general un nuevo cabezazo de Alfaro puso al Mallorca por delante antes del descanso.
En el vestuario Mou optó por cirugía general. Quitó a Arbeloa para jugar con defensa de tres y a Morata que, será casualidad, pero el pobre juega poco, pero cuando lo hace acaba pagando el pato, como contra la Real Sociedad. Entró la artillería pesada: Özil y Benzema. En diez minutos el Madrid había marcado tres goles, fulminado al Mallorca y puestos los tres puntos y la segunda plaza a resguardo.
La avalancha de los blancos fue abanderada por Özil, que entró con ganas de liarla gorda. Marcó el 2-2 Cristiano de un buen cabezazo tras un saque de esquina, hizo el 3-2 Luka Modric de tiro lejano y enseguida Higuaín puso el 4-2 tras un pase genial del pequeño alemán de origen turco. Perdido el partido, quemó sus naves Manzano con cambios ofensivos. El problema
INSTINTO RECOBRADO Higuaín recuperó su vena goleadora, marcó un doblete y fue uno de los hombres del partido
para el Mallorca es que si se estiraba mucho creaba el escenario propicio para las contras de los blancos. Para poner balones en largo entró Xabi Alonso por Kaká, pero ya el Madrid había rebajado su fiereza, contento con diez minutos de furia y pendiente de evitar lesiones.
Aún sin la verticalidad de otras tardes el Madrid siguió creando ocasiones por la inercia de su estilo de juego. Se tapó como pudo el Mallorca y los blancos aumentaron el marcador con un gol de Benzema ya en el tiempo añadido. El Bernabeu ambiciona caza mayor.