“Aunque sea un punto”
Aguirre recupera su discurso resultadista para volver a sumar fuera de casa
Hasta aquí hemos llegado. Ni especulación, ni espectáculo, ni experimentos. El Espanyol se desplazó ayer a Málaga con la misma premisa que lo hizo en su día a Granada, a Zaragoza e incluso a Madrid para visitar el Bernabeu: a rascar algo, a sumar. Tras sacar al equipo del pozo a fuerza de garra y entrega, Javier Aguirre ha recuperado el discurso con el que llegó al banquillo blanquiazul para concienciar a los suyos de que el primer y único objetivo, la salvación, no está aún conseguido. Así que se acabó lo de jugar mejor y dominar los partidos, porque lo realmente importante sigue pasando por puntuar. Algo que su equipo no consigue fuera desde la histórica victoria en San Mamés, hace tres jornadas
“Nosotros tenemos que sumar, aunque sea un punto, por mucho que vayamos a por los tres –expli-
BAÑO DE REALISMO “Toca una reacción y que sea inmediata; con 32 puntos nadie se queda en Primera”
citó ayer el técnico–. No me sirve de nada lo que hagan los otros si nosotros no sumamos, porque ellos pueden dejar de sumar, pero nosotros tenemos que seguir haciéndolo para llegar a los 42 puntos que históricamente dan la permanencia y mantenernos así en la categoría. Con 32 puntos, que son los que tenemos, nadie se queda en Primera y nadie nos regalará los suyos”.
Para transmitir a los suyos esta nueva dosis de pragmatismo, Aguirre reconoció los dos errores que había llevado al equipo a volver a mirar abajo cuando todo el españolismo ya estaba dispuesto a soñar: no haber preparado fórmulas para empatarle a un Atlético de Madrid con un hombre menos encerrado en su área ni haber doblegado al Valladolid en Cornellà y aplicarlas después a deshora para caer en Vallecas. “Por lo que hace a los últimos re- sultados no hemos estado bien –reconoció ante los medios–, y, como al principio, hemos de puntuar para salir de esta situación, para recuperar la buena racha que llevábamos”.
El mexicano apostó por la misma fórmula que tan bien le funcionó nada más llegar a Cornellà. “Necesitamos recomponernos sobre la base de un buen resultado. Ante esta situación toca una reacción, y que sea inmediata. Tenemos que recuperar nuestra tónica habitual, ser un equipo ordenado, intenso y agresivo, y con la calidad que tenemos arriba, buscar perforar al rival. Con el Rayo perdimos nuestro estilo”.
El aviso a navegantes es claro: que nadie espere del Espanyol el control del Calderón ni la posesión del segundo tiempo de Vallecas. Lo que vuelve a primar es el resultado, la efectividad, la oportunidad, y para conseguirlos lo último que hace falta es jugar bien. “Debemos crear ocasiones y estar bien en defensa”. Esas son las instrucciones de Aguirre.
Tras el fiasco ante el Rayo, el técnico recuperará su esquema habitual, aunque no podrá contar con su once ideal. Las bajas por sanción de Javi López y Simão –que aprovechó para resolver en el quirófano un problema con el tendón extensor del pulgar derecho– deben suponer el retorno a la titularidad de Mattioni y Wakaso. “Todos están para jugar, eso no es un problema”, afirmó el míster. Por lo demás, el equipo debe ser el de siempre. Con Stuani de nuevo por la banda derecha y Sergio García como único referente en punta. Tras superar el lumbago que lo ha tenido apartado las últimas seis jornadas, Baena vuelve a la lista.
El Espanyol se encontrará un Málaga que viene de clasificarse para los cuartos de la Champions al superar al Oporto el pasado jueves y contará con las bajas de Iturra, por sanción, y de Demichelis y Baptista por descanso. Aunque es previsible que Pellegrini deje a alguno más de sus habituales en el banquillo. “Eso les puede pasar factura o no. A nosotros nos tiene que dar igual”, dijo un pragmático Aguirre.