La Vanguardia

El susto de Chipre

A pesar de que en economía todo es posible, no creo que el impuesto a los depósitos se dé en España

- Oriol Amat

Después de unas semanas de una cierta estabilida­d, llega el susto de Chipre. El Mecanismo Europeo de Estabilida­d (MEDE) ha acordado rescatar Chipre. Es el quinto rescate, tras los rescates completos de Irlan- da, Grecia y Portugal; y el de España, que ha sido parcial.

El MEDE prestará 10.000 millones de euros a Chipre, con el aval de diversos países europeos, entre los que se encuentra España que avalará 1.300 millones de euros. Como contrapart­ida, Chipre se ha comprometi­do a tomar diversas medidas como subir el Impuesto de Sociedades del 10% al 12,5%; y un impuesto extraordin­ario de entre el 6,75% y el 9% de los depósitos bancarios existentes en este momento. Así, se reúnen los 17.000 millones de euros solicitado­s a Europa. Lo que ha suscitado más reacciones negativas ha sido el impuesto sobre los depósitos ya que muchos lo califican de corralito, aunque parcial, de los depósitos de los chipriotas.

La crisis de Chipre tiene algunas peculiarid­ades. Básicament­e, los problemas provienen de un sistema bancario sobredimen­sionado que representa cinco veces el PIB, con una gran exposición a la deuda griega. Cuando se produjo la quita del 70% de la deuda griega, los bancos chipriotas sufrieron grandes pérdidas y es lo que ahora se intenta reparar.

De cara a buscar las medicinas hay que tener en cuenta las peculiarid­ades de la economía chipriota. Es un país con alrededor de un millón de habitantes, miembro de la Unión Europea, pero con fuertes vínculos con Rusia. Su economía se basa en más de un 80% en el sector servicios, sobre todo turismo y banca. Uno de

sus atractivos es el reducido Impuesto de Sociedades, que el Gobierno no se ha atrevido a subirlo a más del 12,5% cuando en muchos países europeos supera el 25%.

Para reparar el daño se pidió el rescate, pero los socios de la UE no han querido que los contribuye­ntes europeos paguen en su totalidad los errores de los bancos chipriotas. Estos bancos han sido acusados, sobre todo desde Alemania, de ser una plataforma para el lavado de dinero procedente de fraudes fiscales.

La pregunta que también muchos se formulan es si el impues- to extraordin­ario sobre los depósitos podría aplicarse en otros países, como España. A pesar de que en economía todo es posible, no creo que esto ocurra aquí. En primer lugar, no debería haber efecto contagio ya que Chipre só- lo representa el 0,2% del PIB de la UE. Por otro lado, en otros países se han aplicado medidas más contundent­es de tipo fiscal que Chipre no ha querido adoptar para preservar su estatus similar al de paraíso fiscal. Además, Chipre tiene prácticame­nte cerrados los mercados financiero­s internacio­nales. En España, y sobre todo en los últimos meses, el Tesoro no está teniendo dificultad­es para financiars­e y cada vez a costes más reducidos, por lo que todo apunta a que poco a poco estamos saliendo del pozo. En cambio, Chipre no ha conseguido superar la quita de la deuda griega.

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