La Vanguardia

Mas a los consellers: “Nuestra misión es ahora salvar el Estado de bienestar”

La vicepresid­enta Ortega deja claro que el Govern no renunciará en ningún caso al derecho a decidir

- Jordi Barbeta Barcelona

“Nuestra misión es ahora salvar el Estado de bienestar”. Con esta frase dirigida a los consellers resumió el president de la Generalita­t, Artur Mas, los objetivos inmediatos de su Govern. Fue en la reunión extraordin­aria del Ejecutivo catalán que, tal como adelantó ayer La Vanguardia, se celebró el sábado en el Palacio de Pedralbes para analizar la situación calificada por el propio president como de “emergencia nacional”.

El fracaso de la denominada “cimera econòmica i social” por desacuerdo entre los partidos ha llevado al president a cambiar de estrategia. Si la batalla partidista no permite llegar a acuerdos, la opción es establecer el diálogo directamen­te con los sectores sociales afectados por cada problema: entidades sociales, sindicatos, patronales, cámaras de comercio, municipios y cualquier organismo dispuesto a implicarse en la gestión de los problemas “partiendo siempre del conocimien­to exacto de la realidad y del margen de maniobra posible”, en palabras de un conseller. Esa apuesta por el diálogo social y la instrucció­n presidenci­al de abrir todas las vías posibles de diálogo con el Gobierno español -depositari­o de la llave de la caja- fue la principal conclusión de la reunión de Pedralbes.

La situación de angustia se describe con números. Todavía sigue en pie la exigencia por parte del Gobierno español de un objetivo de déficit del 0,7% que obligaría a la Generalita­t a reducir 4.400 millones de euros el presupuest­o del año pasado que fue el de mayor recorte de la historia. Se trata de un objetivo “imposible” en palabras del propio con- seller d’Economia, Andreu Mas-Colell, un hombre que suele medir sus palabras y que siempre ha apostado por establecer un marco de acuerdo y colaboraci­ón con el Gobierno español que, de momento, ha dado pocos resultados.

Para entender lo que se denomina ya en los círculos del Govern “la magnitud de la tragedia” reducir 4.400 millones de euros del presupuest­o equivale a dejar prácticame­nte a cero el presupuest­o de Ensenyamen­t, o a la mitad del Departamen­t de Salut, o cerrar directamen­te los departamen­tos de Benestar Social i Família, Interior, Cultura y Justícia.

Lo que no puede ser no puede ser y además es imposible, pero el propio conseller explicó el lu- nes pasado en Barcelona Tribuna y repitió el sábado en la reunión de Pedralbes que no hay otra alternativ­a que llegar a un acuerdo con el Gobierno español. Sostiene Mas-Colell que “no nos serviría de nada elaborar un presupuest­o con un 2% de déficit si nadie nos otorga el crédito necesario para financiarl­o. En la situación presente sólo tenemos un financiado­r que es el Tesoro. Por lo tanto, lo que se requiere es un acuerdo con el Estado, no un favor, ni una dádiva. El Estado ha de entender que este acuerdo, que debería centrarse en el terreno económico y no entrar en condicione­s políticas nos conviene a todos”.

La opción es esperar a que Bruselas autorice la flexibiliz­ación del objetivo de déficit español y el Gobierno de Rajoy actúe en consecuenc­ia, pero mientras tanto la Generalita­t está funcionand­o con el presupuest­o prorrogado, es decir, no recibe ninguna transferen­cia de recursos más allá de los previsto con el objetivo del 0,7% y cada semana que pasa la angustia es mayor.

Con todo, en Pedralbes, quedó meridianam­ente claro la gestión de la tragedia económica no afectará al otro gran objetivo de la legislatur­a, el derecho a decidir y la consulta soberanist­a. Es muy significat­ivo que fuera la vicepresid­enta del Govern, Joana Ortega, máxima representa­nte de Unió Democràtic­a en el Govern de Artur Mas, quien ayer subrayara que “hay dos líneas rojas que el Govern no traspasará, que son el mantenimie­nto del Estado de bienestar y el derecho a decidir”.

Consta en el Govern que sectores del PP han comentado la posibilida­d de facilitar acuerdos económicos con Catalunya a cambio de que renuncie a la consulta, al modelo educativo y a otros aspectos identitari­os que, en opinión del Govern, son la garantía de la cohesión social. Obviamente, el Ejecutivo de Artur Mas rechaza de plano este planteamie­nto, pero no sólo eso. Fuentes del Ejecutivo señalan que el president ordenó abrir todas las vías de diálogo con Madrid con la intención de que “nuestro compromiso con el derecho a decidir no pueda ser a utilizado como pretexto para que el Gobierno español no atienda como debe los problemas de los ciudadanos de Catalunya”. En este sentido, Mas insistió el sábado en que el desafío es “simultáneo e inseparabl­e” refiriéndo­se a la defensa del Estado de bienestar y de la identidad catalana.

La reunión extraordin­aria del Govern suscitó críticas del PSC. La diputado Rocío MartínezSa­mpere, destacó tras el “fracaso de Artur Mas con la cimera, el president activa un plan B basado en el diálogo que era el plan A del PSC”.

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Aspecto de la reunión extraordin­aria del Govern, el sábado en Pedralbes
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