Mas mueve pieza

DESPUÉS de unos meses de dura confrontación dialéctica entre el Gobierno español y el Gobierno catalán es posible que se esté abriendo una pequeña senda para el diálogo. Ese ha sido el mensaje que ha enviado el Ejecutivo de Artur Mas tras su reunión extraordinaria del sábado pasado y que Jordi Barbeta nos ha explicado a lo largo del fin de semana una vez supo de la discreta cita celebrada en el Palau de Pedralbes. Es muy probable, incluso, que el encuentro pendiente entre Mariano Rajoy y Artur Mas forme parte de ese intento de crear un clima de solución a asuntos aislados que van desde una rebaja en el objetivo de déficit para este ejercicio –la Generalitat debería llegar al inalcanzable 0,7% si no se modifica la decisión del Ministerio de Hacienda– hasta una retahíla de cuestiones varias que afectan a todos y cada uno de los departamentos y que están sencillamente bloqueadas ante el colapso institucional existente. Todo apunta a que el president Mas quiere explorar si hay voluntad de diálogo real por parte del Ejecutivo de Rajoy, como le han venido señalando en privado algunos agentes económicos en los últimos tiempos. Esa opinión la suscriben grandes empresarios y representantes de las organizaciones empresariales catalanas que no han dejado de alertar de los riesgos del alejamiento que se estaba produciendo entre Catalunya y el resto de España. Movidas las piezas, aunque sea muy discretamente, habrá que estar atentos al menos a tres jugadas: la que haga el Gobierno del PP y si recoge el guante; la que efectúee el PSC, partido que puede ganar cuota en el tablero catalán, y la que efectúe Esquerra, que se declara oficialmente sorprendida por el movimiento de Mas.