Verdades como puños
Se puede decir más alto, pero no más claro: “La mentira tiene los pies ligeros y recorre la tierra confundiendo a los humanos desde los tiempos más antiguos. Hace diez años que se aposentó en las mentes de Bush y Blair para utilizarla como pretexto para invadir Iraq y derrocar al dictador Sadam Husein. A la sombra de la mentira se cobijó también Aznar” (Lluís Foix).
La mentira tiene los pies ligeros y recorre la tierra confundiendo a los humanos desde los tiempos más antiguos. Hace diez años que se aposentó en las mentes de George W. Bush y Tony Blair para utilizarla como pretexto para invadir Iraq y derrocar al dictador Sadam Husein. A la sombra de la mentira se cobijó también José María Aznar, que se retrató en las Azores para dejar constancia de que estaba entre los grandes de este mundo para iniciar una guerra que ha sido una catástrofe política y militar para Estados Unidos, para sus aliados y para la región de Oriente Medio.
El expresidente Aznar nos debe una declaración formal diciendo que se equivocó cuando nos dijo solemnemente en televisión aquello de “créanme, hay armas de destrucción masiva en Iraq”.
Bush pudo seguir adelante con el proyecto político y militar de echar a Sadam Husein, uno de los grandes monstruos y dictadores que han gobernado Oriente Medio en el último medio siglo. Tony Blair tuvo más dificultades. Unos ochenta diputados laboristas votaron en contra de ir a la guerra, el ministro de Asuntos Exteriores dimitió y su figura como primer ministro ha quedado severamente dañada por aquella decisión que estaba construida sobre una mentira. Blair aguantó las duras preguntas de un comité de los Comunes durante varias horas y admitió sólo que lo hizo por el bien del país.
José María Aznar no ha vuelto sobre el tema y sería útil, aunque sólo fuera para fijar las fuentes históricas, que nos dijera si tenía información sobre las famosas armas de destrucción masiva o simplemen- te se fio de sus dos poderosos aliados, que también intentaron trazar una línea divisoria entre la vieja y la nueva Europa, según se estuviera alineado con la guerra.
Ayer por la noche salió en el programa Panorama de la BBC un reportaje en el que se da cuenta cómo la CIA y el MI6, los servicios de inteligencia de Estados Unidos y el Reino Unido, pasaron información a sus gobiernos respectivos asegurando que no era seguro que existieran las mencionadas armas. En el programa se da cuenta de cómo el ministro de Exteriores iraquí y el servicio de inteligencia de Sadam Husein demostraron en París a su homólogos anglonorteamericanos que no había armas de destrucción masiva.
Pero no se hizo caso. Se fue a la guerra sabiendo que estaba construida sobre una mentira, y no precisamente piadosa.