Rafael Nadal
Nadal descansará hasta Montecarlo tras sumar tres títulos y una final en 39 días
TENISTA
Rafael Nadal (26 años) logró el pasado domingo una gran victoria en Indian Wells. En 39 días tras su vuelta a las pistas ha conquistado tres títulos y ha disputado una final. Ahora descansará hasta el torneo de Montecarlo.
El 6 de febrero un Rafael Nadal titubeante cedía los dos primeros juegos frente al semidesconocido Federico Delbonis antes de rehacerse e imponer su superioridad en su regreso a un partido individual del circuito. Fue en Viña del Mar (Chile). Sólo 39 días después el balear se tiraba al suelo de la pista dura de Indian Wells tras batir en un Masters 1.000 a uno de los grandes, Juan Martín del Potro. En poco más de cinco semanas el mallorquín ha acumulado tres títulos, ha doblegado a cuatro jugadores de entre los diez primeros (Ferrer, Federer, Berdych y Del Potro) y ha sumado 17 victorias por sólo una derrota. Números estrictos en la mano, el mejor inicio de su carrera.
Quién se lo iba a decir cuando no daba con la tecla para solucionar sus problemas de rodilla. Cuando quería y no podía volver (“intenté varios tratamientos y ninguno daba resultados satisfactorios”). Cuando pasaban las semanas y su regreso se iba postergando de forma casi eterna. Los Juegos Olímpicos, por televisión. El Open de Estados Unidos, también. Y el de Australia, otro tanto. Siete meses de calvario que –al menos eso espera Nadal– han terminado. Ahora, el nuevo número 4 mundial se tomará un merecido descanso hasta el próximo 13 de abril, cuando empieza la temporada europea de tierra en Montecarlo, donde buscará su noveno título consecutivo.
“Los médicos me han aconsejado que pare. Todavía me falta potencia en la rodilla. No me habría imaginado jugar todos los partidos posibles en los torneos en los que he participado. Es un regreso mejor imposible, ¿no?”, comentó Nadal tras la final de Indian Wells. Era su forma de explicar por qué no disputará el Masters 1.000 de Miami. Necesita todavía cuidarse y no dar pasos en falso porque lo que sintió el domingo no quiere volver a dejar de vivirlo. “Hay cosas mucho más importantes en la vida que el tenis, que es solamente un juego. Pero echaba de menos estar en un estadio con toda esa gente y toda esa atmósfera que te hace sentir algo diferente. La adrenalina que te da ganar una competición es muy complicado encontrarla fuera de este juego”.
Un juego que le echaba de menos, que le necesitaba y que le da la bienvenida, empezando por sus rivales. Del Potro, que sabe lo que es sufrir lesiones de mucha importancia, se mostró muy cariñoso con él. “Nadal no ha perdido ni la solidez ni la constancia de siempre. Rápidamente estará luchando por el número 1 del mundo”.
Al balear esto ahora no le preocupa en exceso. Su próxima etapa es la tierra europea. Ir poco a poco le ha ido de fábula hasta la fecha. En Viña del Mar probó su rodilla y cayó en la final frente a Horacio Zeballos (entonces, número 73 del ranking), en São Paulo se reencontró con el sabor del triunfo al vencer en la final a David Nalbandián y en Acapulco dio un paso al frente muy grande al arrollar a David Ferrer (6-0, 6-2) para llevarse el título. Le quedaba la vuelta a la pista dura, que tanto castiga las articulaciones. El resultado, una alegría inmensa, pues desde octubre de 2010 no ganaba un trofeo sobre esta superficie.
A partir de ahora, regreso, descanso y puesta a punto para defender la friolera de 4.590 puntos sobre 5.500 posibles. Fue los que consiguió el año pasado sobre tierra en Montecarlo, el Trofeo Godó, Madrid, Roma y Roland Garros, donde perseguirá su octavo triunfo. Tiene previsto afrontar de nuevo todos estos torneos para seguir siendo el monarca absoluto de la arcilla. Una tarea titánica que a la mayoría de tenistas les daría vértigo, pero cuando se habla de Nadal y de la tierra, no hay nada imposible.