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La situación en Chipre, el carril bus-vao; y la obra del arquitecto Toyo Ito.
RECTIFICAR es de sabios. El carril bus-VAO de la C-58, que enlaza Ripollet con la avenida Meridiana de Barcelona, ha suavizado su normativa. Desde ayer admite vehículos con dos ocupantes (conductor y pasajero), modificando el requisito antes vigente, que exigía vehículos con tres ocupantes (conductor y dos pasajeros). Así será hasta nueva orden, de lunes a jueves, de 6 a 22 horas, en sentido Barcelona. Y los viernes hasta las 13 horas, para a partir de las 16 y hasta las 22 horas orientar el tráfico en sentido contrario, hacia el Vallès.
La rectificación a la que nos referimos es de toda lógica. En los cinco meses largos transcurridos desde su entrada en funcionamiento, este carril para vehículos de alta ocupación había logrado una muy baja ocupación: una media de 2.000 vehículos diarios; es decir, poco más de una cuarta parte de los que apuntaban los objetivos iniciales. Urgía, por tanto, una adecuación de las normas establecidas a la realidad.
El protocolo ahora adoptado quizás no sea el definitivo. En tal caso, habrá que ir ajustándolo. Pero sin perder de vista que estamos hablando de un carril ideado para favorecer el transporte público y de vehículos privados de alta ocupación, así como el ahorro de combustible y el control de la contaminación. Es decir, sin convertirlo en un carril más, indiferente a los usos que pretende estimular, lo que no justificaría el coste –81 millones de euros y cuatro años de obras– de esta vía elevada de 6,8 kilómetros.