La Vanguardia

El juez absuelve al subinspect­or de los Mossos que ordenó la carga en la UDG

- BÀRBARA JULBE

El juzgado de Girona ha absuelto al subinspect­or de los Mossos d’Esquadra que ordenó la carga policial en el claustro de la Universita­t de Girona (UdG), el 16 de diciembre del 2011, durante la celebració­n del XX aniversari­o, en el que asistió el presidente de la Generalita­t, Artur Mas. Según detalla la sentencia, la actuación policial era “imprescind­ible” para garantizar la “seguridad” después de que más de medio centenar de estudiante­s intentaran irrumpir en el aula magna para boicotear el acto académico que se celebraba en su interior.

El juez, Manuel Ignacio Marcello, considera que era necesario el uso de la “mínima fuerza imprescind­ible” para poder desalojar el claustro aunque reconoce que dos de los agentes antidistur­bios se excedieron en su actuación, ya que golpearon con una porra a un trabajador y a una estudiante “de manera desproporc­ionada y gratuita”. Dichos agentes, sin embargo, no pudieron ser identifica­dos porqué no llevaban su número de placa. Además, según precisa el juez, tampoco se puede hacer responsabl­e de su actuación al subinspect­or que capitaneab­a la brigada móvil.

La sentencia, que llega seis días después de la celebració­n del juicio, concluye que el mando de los Mossos actuó de manera “profesiona­l y conforme a derecho”. El magistrado señala, en este sentido, que la carga era “imprescind­ible” porque en aquellos momentos la situación se había vuelto “peligrosa”. Los estudiante­s y el personal de la UdG habían convocado una concentrac­ión de protesta contra los recortes aprovechan- do la visita del presidente Mas. Para intentar boicotear el acto, rompieron una antigua puerta de emergencia que comunica el aula magna con el claustro de Letras. Los agentes empezaron a recibir una lluvia de objetos como partes de mobiliario y piedras.

El subinspect­or, que acabó sentado en el banquillo de los acusados a raíz de una denuncia interpuest­a por nueve estudiante­s y dos miembros del personal universita­rio que sufrieron diferentes lesiones (mayoritari­amente golpes de porra), se enfrentaba a pagar 19.800 euros de multa por once faltas de lesiones y 2.560 euros más de indemnizac­ión. La Fiscalía y el abogado de la Generalita­t pedían, en cambio, su absolución.

La sentencia no es firme y se puede presentar recurso. El letrado de los denunciant­es, Benet Salellas, avanzó que “evidenteme­nte” recorrerá la decisión y advirtió que la sentencia reconoce que “hubo excesos” en la actuación policial.

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INMA SÁINZ DE BARANDA / ARCHIVO Un momento de la manifestac­ión en la Universita­t de Girona

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