La Vanguardia

Esqueletos del esquí

Una sentencia obliga a acabar pisos abandonado­s en el proyecto Vallfosca Declaran caducado el proyecto para reabrir la estación de la Tuca

- JAVIER RICOU

Primero fue Vallfosca, en el Pallars Sobirà. Le siguió Castanesa, con la ampliación por Cerler. Y ahora le ha tocado a la Tuca, en Val d’Aran. Los últimos tres proyectos para construir nuevas estaciones de esquí en los Pirineos han naufragado.

Todos esos territorio­s han pagado su particular factura por la retirada de las iniciativa­s o huida de los promotores. Pero la más cara de todas ellas se sigue pagando en Espui (Pallars Jussà), donde Martinsa Fadesa se comprometi­ó a construir la estación de esquí de Vallfosca Interllacs, en la montaña de Filià. El proyecto fue abandonado en el 2008 y el paisaje que dejaron los promotores (esqueletos de hormigón y grandes infraestru­cturas a medio acabar) sigue ahí, cada día más deteriorad­o. Los vecinos y ayuntamien­tos de la zona carecen de medios y capacidad económica para acabar lo que quedó a medio construir, pero un juez de Tremp acaba de darles, hace muy pocos días, la mejor noticia que podían esperar. Una sentencia obliga a Martinsa Fadesa a terminar varios pisos de una de las promocione­s, abandonada cuando la empresa presentó un concurso de acreedores. Es un fallo inédito, en el que el juez no tiene en cuen- ta las excusas de la promotora (basadas en sus apuros presupuest­arios por la situación de crisis económica) y en el que se establece que los propietari­os de esas casas (algunos pagaron hace ya años el importe total por esas vi- viendas) tienen derecho a que se les entregue la casa completame­nte acabada. Martinsa Fadesa ya ha presentado un recurso a esa sentencia, al sostener que el concurso de acreedores presentado le ampara en su decisión de abandonar esas obras sin estar finalizada­s. Los vecinos anuncian que seguirán luchando para que les entreguen los pisos acabados, por los que ya han pagado diferentes cantidades.

La sentencia del juez de Tremp coincide con otra noticia que afecta a otra estación de esquí (en este caso la Tuca, en Val d’Aran) que el Ayuntamien­to de Vielha quería reabrir. Ese proyecto estaba supeditado a la construcci­ón de más de medio millar de pisos en Betren, al pie del telesilla de acceso a las pistas de la Tuca. Pero ahora la Comisión Territoria­l de Urbanismo de Val d’Aran acaba de declarar caducado ese proyecto, impulsado en el 2009, al no haberse realizado ningún trámite desde entonces para su ejecución. Y ahí van a quedar, de momento, los esqueletos de los edificios y remontes de la Tuca, cerrada en 1989. En la parte aragonesa otro proyecto (la unión de Cerler con Castanesa) también está en un punto muerto, aunque aquí no hay construcci­ones abandonada­s.

BENEFICIO COMÚN La sentencia beneficia a los compradore­s de un total de 41 pisos en el pueblo de Espui

ASPECTO DESOLADOR Paisaje de hierros oxidados, edificios a medio hacer y vallas rotas

La sentencia dictada por un juez de Tremp que obliga a Martinsa Fadesa a acabar los 41 pisos de dos edificios que abandonó a medio construir en el pequeño pueblo de Espui “es un fallo pionero”. Así lo afirma, al menos, David Jurado, el abogado que ha representa­do al primer vecino que llevó el caso a los tribunales. Y lo más importante, al resto de las personas que dieron alguna paga y señal por esas viviendas que nunca llegaron a entregarse la sentencia también las favorece, pues el juez ordena que se acaben todos los pisos de los dos edificios, que Martinsa Fadesa abandonó cuando presentó el concurso de acreedores. David Jurado considera lógica esta resolución, “pues resultaría imposible acabar sólo los dos pisos de mi cliente, que fue el primero en llevar el caso a los juzgados”. Para ejecu- tar esas obras es necesario terminar todo el edificio.

El juzgado de Tremp tiene ahora pendiente de resolver una segunda demanda presentada por Juli, otro vecino de Espui que compró tres pisos, un local comercial y dos plazas de parking en esos edificios. Está representa­do también por el abogado David Jurado. Este afirma que lo lógico “es que tengamos un fallo idéntico al primero”. En el caso de Juli, el pago por esas viviendas, local comercial y aparcamien­tos se hizo en 1999. “Invertimos el dinero que nos pagaron por la compra de parte de los terrenos vendidos para levantar esos edificios”, indica. Y casi quince años después, esos bienes aún no les han sido entregados. La impotencia de estos vecinos queda de manifiesto cuando uno pasea con ellos por el pequeño pueblo de Espui y contempla el paisaje dejado por esa constructo­ra. Hay farolas rotas, esqueletos de edificios a medio hacer, vallas caídas y hierros oxidados. De un día para otro desapareci­eron los trabajador­es de Martinsa Fadesa y ahí no se ha vuelto a ver a ningún otro responsabl­e de esa empresa. “Eso sí –reitera Juli–, parece que el dinero no les falta para pagar un servicio de vigilancia para evitar robos en esos edificios abandonado­s”.

La constructo­ra ha recurrido la sentencia del juzgado de Tremp, anuncia David Jurado, con el argumento de que, una vez iniciado el concurso de acreedores, ya no están obligados a acabar esos pisos. Sin embargo, el juez de primera instancia no lo ha entendido así y considera –con independen­cia de la situación de crisis– que la obligación de Martinsa Fadesa es cumplir con su compromiso y entregar unas viviendas por las que ya ha recibido una paga y señal o el importe total de su coste, como es el caso de Juli.

Otro de los argumentos alegados por Martinsa Fadesa para no finalizar esos 41 pisos fue la caducidad de las licencias de obras. Es lo que declaró en el juzgado de Tremp, pero durante la vista quedó claro que esa afirmación era falsa, pues el Ayuntamien­to de la Torre de Cabdella (al que pertenece el núcleo de Espui) se había preocupado de prorrogar esas licencias para que no caducaran.

La sentencia del juzgado de Tremp no es la única dictada en los últimos años contra los intereses de los promotores de esa estación de esquí fallida en el Pallars Jussà. David Jurado revela que existen otros fallos que obligan a Martinsa Fadesa a devolver los importes de paga y señal aportados por algunas de las personas que compraron esos pisos. Y a pesar de que esas sentencias son firmes, asegura Jurado, “Martinsa Fadesa no ha abonado ninguna de esas cantidades”.

Con la nueva sentencia y en el caso de que la empresa acabara de construir las viviendas, esos vecinos que pidieron la devolución de las cantidades abonadas en su día ya no podrían tener acceso a la nueva casa.

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El paisaje que ha dejado el abandono de las obras de Martinsa Fadesa en la Vall Fosca
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MERCÈ GILI A medias. Juli, vecino de Espui, señala un edificio abandonado a medio construir que ahora debería terminarse, según una sentencia dictada en Tremp
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MERCÈ GILI

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