La escuela, contra la obesidad infantil
El 45% de los niños tienen problemas de peso. El 70% de los adolescentes obesos podrían serlo también al alcanzar la edad adulta
La obesidad es una enfermedad crónica que suele gestarse en la infancia. La escuela tiene un papel determinante a la hora de inculcar buenos hábitos alimenticios y de ejercicio físico entre los más pequeños, un grupo de población que cada vez se ve más afectado por el exceso de peso. Casi la mitad de los niños españoles no pesan lo que deberían. El estudio Aladino mostró en 2011 que un 26% de la población de entre 6 y 10 años presentaba sobrepeso y un 19% obesidad. El mismo estudio detectó en Catalunya un 25,7% de sobrepeso y un 16,8% obesidad. Y el estudio Thao, realizado entre 2007 y 2011 entre niños de 3 a 12 años, no arrojaba datos más optimistas: durante el curso escolar 2008-2009, el exceso de peso fue del 28%; en el 2009-2010, del 29,3%; en el 2010-2011, del 30%. España es uno de los países europeos con más prevalencia de obesidad infantil, un dato que preocupa especialmente a los expertos, ya que se estima que el 70% de los adolescentes obesos lo serán también de adultos.
“Los hábitos dietéticos en la población infantil se han visto modificados. La dieta mediterránea tradicional ha sido reemplazada por comidas ricas en grasa y azú- cares añadidos. Hay un exceso de carnes, embutidos, lácteos y alimentos de gran contenido energético –dulces, bollería industrial y refrescos carbonatados–, así como por un déficit de ingesta de frutas, verduras, cereales y legumbres”, apunta Núria Vilarrasa, especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital de Bellvitge y secretaria de la Societat Catalana de Endocrinologia i Nutrició.
Otro factor que explica el auge de la obesidad infantil es el sedentarismo, favorecido por un entorno urbano que no suele facilitar la práctica de actividad física. “Además –asegura Vilarrasa–, el ocio en la infancia se hace cada vez más sedentario: los niños juegan menos en las calles y los parques y, en cambio, dedican más horas a jugar con el ordenador o los videojuegos. Y está demostrado que la prevalencia de obesidad en los niños que dedican más de dos horas al día a ver la televisión y que no practican ningún deporte es mayor que la que se da entre los que practican actividades deportivas tres veces o más por semana”.
La educación alimentaria de los niños recae en gran medida en la familia: los hábitos de los padres acompañarán al niño a lo largo de su vida –de hecho, los entendidos aseguran que los niños de padres obesos tienen mayor riesgo de serlo también ellos–. Sin embargo, la escuela juega un papel fundamental: muchos niños se quedan a comer a diario en los comedores escolares y lo que allí coman formará parte de su educación alimentaria. “Según la Ley de seguridad alimentaria y nutrición, los menús escolares deben estar revisados por profesionales con formación acreditada en Nutrición Humana y Dietética”, recuerda Anabel Fernández, dietista-nutricionista de la Clínica Alimmenta. “Pese a esto, algunas escuelas siguen ofreciendo poco pescado, legumbres o verduras, y abusan de las preparaciones fritas o los rebozados, para que los niños coman. Pero el objetivo debe ser que los niños coman bien”.
ENSEÑANDO A COMER EN EL AULA
La escuela Mediterrània, ubicada en el barrio barcelonés de la Barceloneta, desarrolla diversos programas de prevención y control de la obesidad infantil. El principal es el proyecto “Creixem Sans”,