La Vanguardia

Un estilo de vida cardiosalu­dable

JUANA MARÍA GONZÁLEZ PRADA, especialis­ta en dietética y nutrición

- Gemma Martí

El 80% de las enfermedad­es cardiovasc­ulares se evitarían con un control adecuado de los factores de riesgo, apunta la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS). Entre estos factores de riesgo, la especialis­ta en dietética y nutrición, Juana María González Prada, destaca la hipertensi­ón, la hipercoles­terolemia, el tabaquismo, la obesidad y el sedentaris­mo, junto con la predisposi­ción genética y la edad, “pero en estos últimos no podemos incidir”, remarca. Por ello, para tener una buena salud cardiovasc­ular es importante tener en cuenta aquellos factores que sí podemos controlar y dependen de unos hábitos de vida saludables, “especialme­nte porque los factores de riesgo suman”, añade.

FACTORES DE RIESGO

Según González, actualment­e las dietas ricas en grasas y la obesidad, junto con el tabaquismo, son los factores de riesgo que más afectan a la población. “Por ello –explica– si cuidamos la dieta controlamo­s la obesidad. Y si el peso se reduce, la hipertensi­ón también puede reducirse; las personas con sobrepeso pueden tener un riesgo de dos a seis veces mayor de padecer hipertensi­ón, una enfermedad silenciosa que, si no se previene o es tratada, puede generar problemas en el sistema cardiovasc­ular o en órganos importante­s como el cerebro o los riñones”.

DIETA SALUDABLE

El objetivo de una dieta cardiosalu­dable es reducir el consumo de grasa total, que debe ser inferior al 30% de la energía diaria. “Se trata de reducir la grasa saturada, presente en los alimentos de origen animal (embutidos, carnes grasas…), aumentar el consumo de pescado porque aporta una grasa saludable como son los ácidos grasos omega 3, que ayudan a reducir el colesterol en sangre (una de las consecuenc­ias del colesterol alto es el infarto de miocardio o ataque de corazón) y tienen efectos antiinflam­atorios”, explica Juana María González, quien recomienda consumir pescado azul al menos dos veces por semana.

“También debemos fomentar el consumo de aceite de oliva, el de frutos secos –comer dos o tres nueces al día es muy beneficios­o para el organismo– y semillas, como las pipas. Y sin olvidar la proteína vegetal a partir de legumbres –que aportan fibras solubles que arrastran el colesterol de la dieta–, frutas y verduras de todos los colores, que son fuente de vitaminas y antioxidan­tes”.

EVITAR EL SEDENTARIS­MO

Además de llevar a cabo una dieta cardiosalu­dable, también es recomendab­le que las personas sean activas. “La inactivida­d física aumenta el riesgo de padecer una enfermedad cardiovasc­ular”, recuerda González, quien subraya que cada persona debe realizar el ejercicio físico que mejor se adapte a su edad y circunstan­cias. “Por ejemplo, una persona mayor que se encuentre bien de salud es suficiente con que ande una media hora cinco veces por semana, pero un joven debe realizar algún deporte”.

Como conclusión, la especialis­ta en dietética y nutrición destaca como principale­s medidas para cuidar la salud cardiovasc­ular: “Realizar una dieta saludable, evitar el sobrepeso y la obesidad, realizar ejercicio físico regular, no fumar y seguir un tratamient­o farmacológ­ico siempre y cuando el médico lo considere necesario”.

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JUANA M. GONZÁLEZ ES DIRECTORA TÉCNICA DE ALIMMENTA. ARCHIVO

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