Perezoso y nada solitario
Esta raza, de origen estadounidense, surgió en 1985 a partir del cruce entre un American shorthair y un burnés. La posterior selección se dirigió hacia conseguir un gato que se pareciera a una pantera negra en miniatura. Fue reconocido oficialmente en 1976. Ha heredado el cuerpo del burnés, de tamaño mediano, musculoso y redondeado, sólido pero no macizo. Tiene la cabeza redondeada, con la punta de la nariz abombada, las orejas inclinadas hacia delante y unos ojos grandes y redondos de color cobre brillante. Su cola es de tamaño mediano y de porte recto.
Es un gato despierto, de expresión dulce, que siempre está pendiente de su entorno.
El pelaje lo ha heredado del American shorthair: tiene el pelo corto, denso y liso, pegado al cuerpo. Prácticamente carece de capa de subpelo. Su principal característica es el brillo de barniz que presenta su manto negro uniforme, que contrasta con el color claro de sus ojos.
Muy sociable y afectuoso, se lleva bien con niños e incluso con otras mascotas. Es capaz de aprender pequeñas órdenes como traer cosas. Poco activo y perezoso, debemos estimularlo para que se mueva. Se adapta bien a espacios pequeños pero mal a la soledad, siempre busca la compañía humana. Es bastante parlanchín, aunque su voz dulce, de bajo tono, no molesta. Precisa compañía y estímulos para que haga ejercicio. El cepillado periódico contribuye a mantener el brillo de su pelaje.
Es un animal sano pero muy glotón y con tendencia a la obesidad. Deberemos controlar estrictamente su alimentación. Indicado para personas tranquilas y caseras. Se trata de un gato moderno que ha tenido buena aceptación en todo el mundo.