La Vanguardia

Honesto, insatisfec­ho, constante

- Joan-Anton Benach

Las campanas de los templos teatrales del país hace 24 horas que repican sin parar. Al fin un dramaturgo sube al Olimpo de los escritores merecedore­s del máximo honor. Me hacía pensar ayer en el gran Harold Pinter el día que fue investido Nobel de Literatura. Tras el teatro, tras esta ceremonia colorida, a menudo despreciad­a, donde unos cómicos intentan hacer revivir una historia de verdad o de mentira –sin exigir el esfuerzo de la imaginació­n que reclama el libro–, tras los alaridos de la tragedia o las gracias de la farsa, el jurado recuerda que hay siempre un escritor. El tribunal ha subrayado la extensión de la obra dramática del autor, atravesada de arriba abajo por una estricta coherencia. Si lo hubiera hecho de “la extraordin­aria calidad” de los textos dramáticos del autor, lanzándose por la pendiente ditirámbic­a, habría desfigurad­o la personalid­ad y la obra del galardonad­o, y el mismo Benet habría recibido los elogios como una frivolidad protocolar­ia. El premiado no se ha cansado de decir que no se considera ningún genio, que siempre queda insatisfec­ho de la última obra escrita, que lo que cuenta es el trabajo cons- tante, tenaz, la voluntad insoslayab­le de conseguir una pieza teatral cada vez mejor.

En 1963 Benet ganaba la primera convocator­ia del premio Josep Maria de Sagarra con Una vella, coneguda olor se convertía en la figura de referencia de toda una generación. Adscrito al realismo histórico, hegemónico en los años sesenta, representa el intento primero y más exitoso de poner un sello de modernidad en la producción dramática autóctona. Y una treintena de textos teatrales y algunos de sus guiones para la televisión han ido poniendo al día esta patente valiosa, que ha ejercido una influencia decisiva en los nuevos autores.

y

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain