Europa, un paso en falso
DESPUÉS de un fin de semana propagando por parte de las autoridades que una tasa iba a gravar todos los depósitos en Chipre y la posterior corrección en la noche del domingo y el lunes, matizando que el impuesto sobre los ahorros bancarios sólo se iba a aplicar a cantidades superiores a 100.000 euros, ayer en el Parlamento de Nicosia acabó pasando lo que era previsible: ninguna formación política fue capaz de defender en la Cámara lo que el propio presidente del país había presentado unas horas antes como la mejor solución posible. La votación no pudo ser más contundente: cero votos a favor, 36 en contra y 19 abstenciones. Si ese fue el resultado aritmético, el político no es menos desolador: la Unión Europea, el FMI y el BCE –la llamada coloquialmente troika– han dado un paso en falso hasta convertir un problema de índole menor por la cantidad de la que se está hablando en un verdadero jeroglífico de compleja solución. La troika ha amenazado a los bancos chipriotas con dejarlos caer si no se aprueba el gravamen y los representantes del país no la han creído, han interpretado que es una amenaza incumplible y han devuelto el balón a los organismos internacionales. Mientras, los bancos siguen cerrados, las bolsas continúan cayendo y la prima de riesgo prosigue su escalada, habiendo subido en muy pocas jornadas 50 puntos básicos. ¿Y Moscú? Las autoridades rusas, con muchos intereses en Chipre, han expresado por boca de su propio presidente, Vladímir Putin, que la tasa era injusta y peligrosa. Las autoridades chipriotas empiezan a utilizar la expresión abandonar el euro junto con un diálogo con Moscú y siempre poniendo en valor sus reservas de gas. Amenazas que no impresionan a Merkel, pero que han desatado un vendaval de desconfianza en muchos países de la UE.