El asesor del Rey dice que Urdangarin le desobedeció
González Pons asegura que no se dio dinero público con su firma
El asesor jurídico de la Casa del Rey, José Manuel Romero, conde de Fontao, declaró ayer ante el juez del caso Nóos, José Castro, que hasta 2011 no supo que Iñaki Urdangarin no había seguido sus recomendaciones para que se apartara de los negocios que venía realizando con su exsocio Diego Torres. Romero compareció como testigo y expli- có que en el 2005 viajó a Barcelona para verificar las actividades del duque, tras comentarlo con el jefe de la Casa Real, hallándolas “inadecuadas”. Añadió que los negocios del duque no eran ilícitos, pero que le exhortó a dejarlos y a no recibir ingresos “por ser quién es”. El asesor le dio, en suma, la instrucción clara de que abandonara Nóos, a pesar de lo cual Urdangarin constituyó luego la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social (FDCIS), sin aparecer entre sus cargos. Por ello –añadió– hasta el 2011 ignoró que el duque no había seguido sus exhortaciones y que, en definitiva, le había desobedecido. A su juicio, ello se debió a que esa fundación era “un sueño” para Urdangarin, que siempre quiso impulsar actividades de promoción del deporte.
El vicesecretario de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons, declaró a su vez que su firma no fue determinante para firmar convenio alguno con el Instituto Nóos. “Es ver- dad –dijo– que mi firma está en un convenio, pero también es verdad que mi firma está porque hubo un acuerdo previo con el Gobierno de la Generalitat valenciana”. Añadió que “me lo habría pensado mucho más” si con su firma “se hubiera pagado un euro público”. El contrato citado supuso para Nóos 382.203 euros, aunque el evento propuesto, la primera edición de unos Juegos Europeos, no se celebró.
Ayer compareció también ante el juez Antoni Ballabriga, quien trabajó para el Instituto Nóos entre los años 2005 y 2007. Las declaraciones de Ballabriga ratificaron que Urdangarin siguió implicado en los proyectos de Nóos más allá de marzo de 2006, tras el aviso de la Casa Real. El duque –dijo– trabajó para el proyecto de los Juegos Europeos, pese a que teóricamente había abandonado este tipo de actividades.