Referente de la música alternativa americana
Jason Molina empezó a darse a conocer con el proyecto Songs: Ohia, que lo tenía a él como único miembro estable. Su primer disco, de título homónimo, fue publicado en 1997 por el ahora prestigioso sello independiente Secretly Canadian. También conocido como The black álbum, en él empezó a forjar las claves de una música tan intensa como de difícil etiquetado. A medio camino del folk, el country alternativo y una voluntad lo-fi que tenía como influencias al Neil Young más campestre y a su compañero de generación Will Oldham. Una música desolada en consonancia con unas letras nada complacientes. Su tristeza existencial siguió expandiéndose con Impala (1998) que vino a presentar a la plaza del Rei en el BAM de la Mercè. En su tercera entrega, Axxess & Ace, continuó lamiéndose las heridas asomando puntuales erupciones eléctricas. Fue el preludio a su época más prolífica, cuando en el 2000 editó nada menos que tres álbumes, entre ellos The lioness, grabado en Glasgow con la ayuda de Arab Strap. Su sexto disco oficial, Didn’t it rain (2002), toma el título de una canción de Mahalia Jackson y tiene atmósfera cercana al góspel; una de sus canciones se llama Steve Albini's blues y fue premonitoria ya que el último y más celebrado álbum de Songs: Ohia, Magnolia Electric Co., fue producido por Albini. Este clásico indiscutible del rock in- die demuestra el potencial de sus canciones en un ambiente adecuado. Fue tan importante en su carrera que a partir de entonces decidió simultanear discos con este nombre y con el suyo propio. El primero acreditado a Jason Molina, Pyramid Electric Co., fue como el negativo del anterior. Su continuación, Let me go, let me go, let me go (2006), supuso una vuelta al folk espartano. Al mismo tiempo su prolífica relación con Albini dio para varios álbu-
Su debilitado organismo no pudo superar la adicción al alcohol y falleció a los 39 años
mes a nombre de Magnolia Electric Co., el último de los cuales fue Josephine (2009) que presentó en España en dos ocasiones, entre ellas en el festival Primavera Sound. Por entonces ya tenía serios problemas con el alcohol. Su tratamiento estuvo dificultado por la carencia de un seguro médico, algo que compensaron los donativos de sus fans a través de una fundación que dirigía su familia y su sello Secretly Canadian. Sin embargo su debilitado organismo no pudo superar la adicción y falleció el pasado día 16 a la edad de 39 años.