Cultura quiere utilizar los carnets de bibliotecas para buscar nuevo público

está yendo bien y creen que atrae nuevo público; a la Beckett, que inicialmente logró recaudaciones mayores que con el precio fijo, ahora, en la tercera obra con el sistema, el público decae.

De hecho, el factor precio fue uno de los puntos clave: hubo críticas a las webs de ocio y descuentos con entradas muy baratas que hacen que nadie compre al pre- cio oficial, pero Judit Segura, global product manager de Atrápalo, recordó que esos descuentos los decide cada teatro, que ellos sólo son un instrumento y que las salas tienen que comenzar a realizar análisis más exhaustivos de a qué públicos se dirigen para tener políticas de precios adecuadas. De hecho, Segura explicó que pronto publicarán datos que muestran que Atrápalo, gracias a ofertas o funciones de precios ba- jos, fidelizan al teatro a gente que antes no iba, y puede ser un instrumento muy útil. Que haya teatros a los que las funciones les vayan mal y pongan descuentos de hasta el 80% es lo que, dijo, devalúa el producto, no el canal. Y sugirió que un precio medio moderado, más bajo que los actuales, que suba a medida que sube la demanda, sería lógico. Además dijo que funciona dar pluses al espectador, como visitas a los ensayos

o charlas con los actores. Y ofreció otro dato: las ventas empezaron a caer en julio y agosto, cuando no había subido el IVA aún pero sí había estallado la polémica. En ese sentido, Jordi Sellas afirmó que “el sector cultural se ha hecho muy mala campaña con la subida del IVA” porque se ha creado una alarma social que no se corresponde con la flexibilidad de precios de los teatros. Una flexibilidad, eso sí, que no debe “sobrepasar líneas rojas”, porque las promociones exageradas dañan al sector: “Si se sienta junta gente que ha pagado 25 y 10 euros y no explicamos bien por qué, por ejemplo, porque hay descuentos a colectivos con necesidades especiales, y en cambio hacemos descuentos urbi et orbi, cruzamos la línea roja”. Además, dijo que muchos teatros no han sabido crear una base de público fiel, y que eso tiene que ver con profesionalizar la gestión, para lo que va a poner más instrumentos a disposición de los teatros: los tres millones de carnets de bibliotecas, los 60.000 de investigación, los 30.000 de parejas lingüísticas, son de personas afines al mundo cultural y que están en bases de datos con las que trabajar para convertir en consumidores culturales a los que no lo sean aún. Además, ayer se reunió con TV3 para que en la programación suba la presencia cultural.